La respuesta de por qué el Partido Liberación Nacional (PLN), el Partido Acción Ciudadana (PAC) y el Partido Frente Amplio (FA) no le convienen a Costa Rica, es sencilla: porque quieren más Estado, más regulaciones, más impuestos; menos libertad y progreso. En nuestro país parece que no entienden la dimensión de esta sencilla respuesta.
El Partido oficialista Liberación Nacional, lleva años en el poder, y nos tiene soportando un significativo déficit fiscal, un 20,7% de familias debajo de la línea de pobreza (más de 285 mil hogares), una infraestructura vial indeseable, siendo nuestro país el segundo con más desempleo en América Latina (con un 8,3% de desocupación) y cabe destacar el despilfarro que han hecho con el dinero de nuestros contribuyentes, mencionando entre otros: la trocha fronteriza, los puentes bailey para “solucionar” todos los problemas viales, el caso de Autopistas del Sol en la carretera a Caldera y un sinfín de actos de corrupción que heredamos de los social demócratas.
Pero hoy, de cara a las elecciones presidenciales, este partido mercantilista y corporativista, que ha favorecido a un sector privilegiado a costa de los más pobres, ahora viene a ofrecer una cantidad de promesas de asistencialismo, bonos alimentarios, y de vivienda; a los mismos costarricenses a quienes les ha quitado la oportunidad de prosperar, ofreciéndoles migajas y aprovechando la situación en que ellos mismos los han dejado. Al mejor estilo de socializar las pérdidas y privatizar los beneficios, lo que los economistas llaman free riders. En resumen, el continuismo de Liberación Nacional no le conviene a Costa Rica.
El Partido Frente Amplio, caracterizado por su singular conformación de sindicalistas en todas sus provincias como candidatos a Diputados, es un partido conformado también por comunistas, chavistas y socialistas; con propuestas políticas que están muy bien representadas en su Plan de Gobierno. El FA propone una cantidad de políticas empobrecedoras y fracasadas en muchos países, tales como: el control de precios, las subvenciones, el aumento de impuestos a los productos culturales comerciales, a los carros, cigarros, bebidas alcohólicas, la comida chatarra, las bebidas gaseosas, los alimentos de alto contenido en azúcares y grasas saturadas, entre otros, que constituyen 23 nuevos impuestos, como si ya no fuera suficiente con los 258 impuestos que ya tenemos y sin olvidar que proponen reducir los latifundios por medio de la expropiación.
Con este tipo de políticas vamos directo al subdesarrollo y no sólo hacia un estancamiento del desarrollo, sino más bien hacia un declive económico mucho más acelerado de lo que hemos visto en países como Venezuela. A nosotros no nos podrá mantener por un tiempo el petróleo que no tenemos y que de alguna manera sostuvo temporalmente a Venezuela. Éste partido propone un camino directo al aumento de los índices de pobreza, el desempleo, la pérdida de libertades, el aumento del control del gobierno sobre los ciudadanos, la inseguridad jurídica, y con eso, la huida de las inversiones. José María Villalta tiene un plan perfecto para desincentivar la economía. Éste candidato a la presidencia siempre ha sido un burócrata y no tiene ninguna experiencia como parte del sector productivo de la sociedad. En suma, el comunismo del Frente Amplio no le conviene a Costa Rica.
El Partido Acción Ciudadana (PAC) es un partido socialista que comparte algunas propuestas del partido oficialista (PLN) y algunas del partido comunista (FA). Entre algunas cosas, comenzamos por el famoso PACquetazo fiscal junto con el PLN y que ya antes de las elecciones sus Diputados al primer lugar por San José (Ottón Solís y Antonio Álvarez Desanti) se comprometieron a impulsar mediante un acuerdo entre ambos partidos. Ésta es la primera promesa de más impuestos del PAC. No debemos olvidar que su candidato presidencial viene del PLN, en su función de Secretario General y luego de haber ocupado otros cargos en diferentes Gobiernos del PLN. Al igual que PLN y FA, el partido promete más subsidios (incluso a unos pocos arroceros adinerados, otra vez free riders), promete también asignar el 1% del PIB al Ministerio de Cultura, hecho que debe ser sólo para conseguir votos al mejor estilo populista, ya que esta propuesta es insostenible e ignora que Costa Rica cerró el 2013 con un déficit fiscal de 5,4% del PIB. Las intenciones del PAC pueden ser buenas, pero no así los métodos que proponen para solucionar los distintos problemas. A muchos lectores les puede parecer que son buenas propuestas pero el problema es que no son aplicables.
Seguidamente podemos ver que tanto el PAC como el Frente Amplio son partidos de izquierda que buscan un Estado más grande y burocrático. Desde nuestro punto de vista, la única manera de combatir la corrupción es acabando con el poder del Estado para crear monopolios y realizar negociados. Al igual que el Frente Amplio, el PAC quiere una soberanía alimentaria, subsidios para productos tales como el arroz, el cerdo, y la leche de los grandes productores, pagados con el dinero de los contribuyentes. Ni que decir que el PAC junto con el FA fueron los abanderados del “NO al TLC” y se preguntan ustedes desde donde estarían muchos de ellos comunicándose si no hubiéramos llevado adelante la apertura de las telecomunicaciones que ha sido implementada con grandes beneficios. Lo mismo ocurre con el hecho populista de afirmar que son los candidatos del pueblo, slogan que el pueblo costarricense refutó al darle un rotundo “Sí al TLC”.
Es también evidente el desinterés del candidato Luis Guillermo Solís por Costa Rica y el mayor interés en comprar el voto a los sindicatos, prometiéndole una revisión de ajustes salariales a un sector tan privilegiado y corrupto como ése. Mientras eso sucedía, los sindicatos obstaculizaban con disturbios la propuesta para construir un megapuerto con el objetivo de mejorar la competitividad del país en materia de infraestructura. Pero al igual que el FA, éstos consideran que los sindicatos son sus aliados, aunque siempre terminen afectando a la mayor parte de la población con sus abusos. Pero aquí no termina el espejismo del Partido Acción Ciudadana, que supo aprovechar que algunos de los que se sintieron emocionados con el surgimiento del Frente Amplio, luego cayeron en razón de lo nocivo de sus políticas. Algunos electores aceptaron esa carta de presentación del PAC donde afirmaban: “no somos tan radicales como el FA”. Intentaron así decir que no son tan malos, pero la realidad es que una medida tan absurda como el control de precios también fue propuesta por la Precandidata en la elección interna del PAC, Epsy Campbell, actualmente ubicada en segundo lugar en la papeleta de diputados del PAC por San José. Y por último, el intento de mostrar a todos los demás partidos como corruptos y de mostrarse ellos como modelos de comportamiento ético, cuando tienen una seria acusación por estafa de 400 millones con la deuda política. El conclusión, el socialismo del PAC tampoco le conviene a Costa Rica.
Yo los insto a votar con un corazón iluminado por la razón. Costa Rica no necesita caer en manos del populismo. Tenemos un país con un futuro prometedor, pero no debemos perder de vista que, como afirmaba Henry Hazlitt: “La política Gubernamental de hoy en día tiende a asumir que la producción seguirá automáticamente, sin importar lo que se haga para desalentarla” y como nos decía Milton Friedman: “Uno de los más grandes errores es juzgar a las políticas y programas por sus intenciones, en lugar de por sus resultados.”
La decisión de un cambio positivo para mi país tendrá lugar este 2 de febrero en las urnas al demostrar nuestros valores democráticos por medio del sufragio. Costa Rica merece un futuro mejor, por la calidad de su gente, por sus recursos, por su capital humano, por su cultura, por el buen vivir y por un estilo de vida que nos permita volver a decir con orgullo, que estamos pura vida.
* Mariela Palma Cambronero es Directora Ejecutiva de AMAGI e Investigadora Asociada del Instituto Libertad de Costa Rica.
Fuente: HACER
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