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Nicaragua

Nicaragua: PLC huérfano de nuevo liderazgo – por Miguel Carranza

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“Las corrientes internas del PLC han carecido de la capacidad real de generar liderazgos alternativos que ofrezcan una competencia real a la figura caudillista pero carismática del ex presidente Alemán” afirma el Profesor Felix Maradiaga.

La suerte del Partido Liberal Constitucionalista, PLC, no parece estar echada, si partimos del análisis que hace nuestro entrevistado luego de una cuestionada convención en la que leales al doctor Arnoldo Alemán expulsaron a los disidentes y eligieron una nueva directiva del partido. Maradiaga, ex dirigente juvenil de ese partido, estima que Alemán se jugó las cartas porque pretende mantener una cuota de poder frente al FSLN, pero también reconoce que los disidentes tienen su peso, sin embargo, las corrientes no han sido capaces de renovar el liderazgo interno

El profesor Félix Maradiaga, politólogo, especialista en asuntos estratégicos, reconoce que el doctor Arnoldo Alemán aún tiene fuerzas leales en el Partido Liberal Constitucionalista, que le permiten jugarse cartas como tener convencionales a su medida y cambiar autoridades que no le cuestionen su liderazgo, como bien lo reconoce el entrevistado y lo han denunciado los disidentes.

¿Cree usted que el doctor Arnoldo Alemán se jugó una carta al imponer una elección de nuevas autoridades PLC a su medida?
Decir que fue una imposición implicaría que hubo obligación o coacción, y creo que no sería objetivo afirmar eso. El ex presidente Alemán aún tiene una mayoría de convencionales a su favor. Lo que pasa es que a pesar del desgaste de su imagen y de su liderazgo en la opinión pública, dentro del PLC continúa teniendo un control mayoritario del partido. Gran parte de ese control es el resultado de un manejo cuestionable del nombramiento de convencionales, pero también de un activismo con las bases que no ha podido ser superado por los disidentes. Esa es una realidad.

Entonces, sí fue una carta que se jugó
Objetivamente hablando, y lo digo desde mi posición de ex convencional del PLC hace ya muchos años, Arnoldo siempre ha tenido el control de los convencionales como una carta bajo la manga. Quienes no estábamos de acuerdo con sus posiciones, casi siempre fuimos excluidos de las convenciones del partido. Por otra parte, las corrientes internas del PLC han carecido de la capacidad real de generar liderazgos alternativos que ofrezcan una competencia real a la figura caudillista pero carismática del ex presidente Alemán.

¿Qué se puede leer de la frase expresada por el doctor Alemán: “Aquí estoy curándome las heridas… aquí estoy viendo pasar los minutos… aquí estoy y estaré en sesión permanente y vigilante del presente y futuro del PLC”.
Mi lectura es que el ex presidente Alemán ve al partido como su refugio en todo el sentido de la palabra. Él es un hombre de cálculo político muy frío y muy egoísta, está claro que en su situación actual el PLC es su única salvaguarda. Para seguir teniendo influencia y cuotas de poder, le es fundamental ese control. Además, él apuesta a recomponer su imagen y no ha sido capaz de ver que su salida más estratégica sería ceder espacios a nuevos liderazgos.

No cree que también dio a entender que él es el único líder y quien siempre tome las decisiones dentro del PLC
Sin duda el ex presidente Alemán considera al PLC como una institución que es parte inseparable de su patrimonio personal. Esa es una característica típica de los caudillos que han pasado por la historia de Nicaragua. Esa situación sólo podría cambiar si surge un liderazgo que además de ser ampliamente respaldado por las bases, le dé a él las garantías de que se le guardaría un espacio especial dentro del partido, como una suerte de patriarca, de presidente vitalicio.

¿Cuál es el futuro de disidentes como José Pallais, Leonel Teller, Carlos Noguera, Freddy Torres, entre otros?
Todos los nombres que usted ha mencionado son personas que tienen un peso específico dentro del PLC. Tienen mucho espacio ganado y si se salen sería una pérdida para el futuro de un partido que aún en medio de todo este caos todavía es una organización que podría aportar mucho a la democracia de Nicaragua. Lo ideal sería que desde dentro del PLC le disputen el liderazgo a Arnoldo Alemán, como en su momento pudo hacerlo gente como José Rizo. Sin embargo, no parece que hay garantías para que, al quedarse dentro del PLC, puedan articular una corriente interna democratizante sin que en el último minuto el Consejo Supremo Electoral salga como árbitro dándole la razón al mejor postor. También es lamentable que los nuevos Estatutos del PLC, que son una aberración del liberalismo, incluyan la figura de la expulsión.

A medida que pasa el tiempo, la alternativa más viable sería la construcción de una nueva alianza de unidad de los liberales. Creo que el liberalismo sigue siendo una opción para Nicaragua, pero para que esa opción vuelva a ser creíble se necesitan nuevos liderazgos con ideas frescas y creativas.

¿Cuál es la ganancia del doctor Alemán? 
Él gana aunque su partido pierda. Las intenciones parecen claras y son, precisamente, mantener el control de las cuotas de poder que aún tiene el PLC y los beneficios que vienen con esas cuotas. El pacto de 1999 fue diseñado para ser usufructuado por dos fuerzas políticas, no por tres ni por cuatro. El pacto es un pastel para dos.

El ex presidente Arnoldo Alemán apuesta a que la Alianza PLI no tendrá la capacidad ni la voluntad para constituirse en la contraparte del pacto. Su apuesta es a llenar esos espacios.

¿Cree que el doctor Alemán negocia cuotas en algún Poder del Estado a cambio de legitimar todos los procesos electorales futuros?

No tengo información de ese tipo de negociaciones, pero no sería nada extraño. Dentro del PLC se comenta en voz alta que la alianza PLI no tiene negociadores hábiles y que el FSLN está más cómodo negociando con el PLC. Además, el FSLN no necesita que un partido con el seis por ciento de los votos para que le dé alguna legitimidad.

Obstinación, una sombra que amenaza

Durante una entrevista concedida a El Nuevo Diario el 5 de septiembre de 2010, el doctor Félix Maradiaga avizoró una práctica recurrente en la historia del país a partir de las prácticas caudillescas. Hoy lo reitera.

¿Está actuando el PLC como un partido zancudo? 
Te repito lo mismo que en aquella oportunidad respondí. Si estudiamos la historia de Nicaragua vemos cómo la obstinación de los caudillos es lo que ha llevado a sus partidos a la debacle. Por eso digo que el PLC está bajo un alto riesgo de caer en el neozancudismo, es decir, procurar su sobrevivencia a través del amparo del partido en el poder y no gracias al apoyo popular. Por ejemplo, el caudillo Emiliano Chamorro no entendió el enorme daño que le causaría al Partido Conservador con aquel pacto del 3 de abril de 1950.

Pero también en aquella oportunidad dije que el expresidente Alemán también tiene una oportunidad para reinventarse como político y para ayudar a que la historia le recuerde de forma más favorable. Y esa oportunidad solo se va a dar cuando él ceda espacios.

El tiempo se acaba para el PLC

El Partido Liberal Constitucionalista tiene las bases y las fuerzas necesarias para surgir, pero mientras esté apegado a los intereses del doctor Arnoldo Alemán y no surjan nuevos liderazgos, el tiempo se puede agotar.

¿Qué le depara al PLC ahora con nuevas autoridades?
En el corto plazo no veo ningún cambio significativo en las estructuras de poder del PLC, sin embargo, en el largo plazo podría haber cambios significativos si se dan algunas condiciones mínimas para el surgimiento de nuevos liderazgos. El PLC es un partido con estructuras de bases muy interesantes, especialmente en el campo y los municipios del interior del país. Es triste que la élite del partido no valore la cantera de liderazgos locales que hay en su base, que en su mayoría está compuesta de gente honesta que sueña con un resurgimiento del partido.  El tiempo se les está acabando.

Con los nuevos convencionales, la expulsión de los disidentes, ¿se logró una purificación del partido como dijo su vocero Miguel Rosales Ortega?
Indudablemente un buen número de convencionales del PLC aún respalda a Arnoldo Alemán, y sí creo que es la mayoría, pero las voces de disidencia que claman por una democratización del PLC cada vez son más altas.

¿Saldrá a flote el PLC?
El PLC es un partido que está vivo, que tiene estructuras reales y gente muy valiosa en sus bases. Es un partido que sigue siendo valioso para el futuro de la democracia en Nicaragua, pero para salir a flote tendría que hacer transformaciones profundas que su liderazgo actual no está dispuesto a hacer. Sin duda, las elecciones municipales son una oportunidad estratégica para reorganizarse, pero los grandes cambios requieren más que elecciones locales para poder superar sus crisis.

¿Cuáles serían algunos de esos cambios?
Lo esencial, es que el expresidente Alemán anteponga los intereses de Nicaragua y de su partido, por encima de su apego al control que hasta ahora ha mantenido del PLC.  En el pasado demostró mucha inteligencia, así que es posible que algún día tome la decisión de abrirle espacios a una generación de relevo y permitir el resurgimiento de un nuevo PLC.

Fuente: El Nuevo Diario (Nicaragua)

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