Lo que pensé al ver el anuncio fue ¿por qué “protégeme del embarazo” en lugar de “protégeme de la violación”? Según el OSAR, el enfoque de esta campaña se debe a que el Artículo 173 de nuestro Código Penal establece como violación cualquier relación sexual –forzada o consentida por la menor– con una mujer de 14 o menos. El 174 estipula que hay agravación de la pena por violación cuando se produce el embarazo en la víctima. Ergo, todo acto sexual con una menor de 14 que además resulta embarazada es un delito sexual agravado. Por eso decidieron enfatizar en la consecuencia –el embarazo– y no en la causa: la violación de una chiquilla.

Encuentro ese enfoque como un despropósito colosal. Desorienta a la ciudadanía, sobre todo a la menos educada, a la más ingenua, a la más desprotegida. Criminaliza a los no nacidos, mientras desvía la atención de los depredadores. Tanto daría que dijera “el problema no es que te violen, sino que te dejen embarazada”.

Bueno, ¿y quién querría desorientar a los sencillos? Pues el OSAR y algunas instancias de Gobierno, MIDES entre ellas. ¿Y por qué? Porque campañas como esta son herramientas de mercadeo de la agenda de varias organizaciones, que se resume en lograr la provisión estatal de “educación sexual”, adminículos de contracepción y, eventualmente, de abortos “seguros”. Esas “industrias” son negociazos que cuentan con el aval nada menos que de la ONU vía Fondo de Población, cosa que significa plata a raudales. Si yo me dedicara a las dudosas artes de la burocracia internacional o del oenegerismo, por allí buscaría colocarme, pues son los filones del futuro.

Qué absurdo lamentar que “han aumentado los embarazos en niñas” de 14 o menos (3 mil 049 en 2011; 3 mil 100 en 2012; 4 mil 354 en 2013), en lugar de proclamar que cada año más depravados violan chiquillas, o que cada año más jovencitas son casadas prematuramente (vea el magnífico artículo de Andrés Zepeda del pasado 2 de mayo, Nicolasa). El primer tema es penal, el segundo es cultural. Si de veras nos preocupamos por las niñas que ven truncadas sus vidas por una violación con o sin embarazo consecuente, protejámoslas indagando y trabajando en las causas de su sufrimiento, no promoviendo nuestros intereses mezquinos a costa de él.

Fuente: Centro de Estudios Económico – Sociales (Guatemala)