Los seis países que están a la cabeza del Índice de Libertad Económica de 2014, publicado por Heritage Foundation y The Wall Street Journal son Hong Kong, Singapur, Australia, Suiza, Nueva Zelanda y Canadá, en ese mismo orden. Curiosamente, mucha gente quiere emigrar a estos países para ir a trabajar y buscar mejores oportunidades de vida. ¿Por qué?

Pues sencillamente porque hay una correlación directa y positiva entre la libertad económica y un mayor bienestar. Pero no es la única correlación. También se demuestra que a mayor libertad económica hay también mayor crecimiento económico, mayores ingresos per cápita, mejor salud, mayor expectativa de vida, mayor cuidado y mejora del medioambiente, mayores niveles de educación de la población y en general mayor reducción de la pobreza.

Al otro extremo, los seis países que tienen los peores índices de libertad económica en el 2014 son Corea del Norte, Cuba, Zimbame, Venezuela, Eritrea y Birmania. También existe una correlación en cuanto al deterioro del nivel de vida de las personas y esta pérdida de libertad económica, mayor pobreza, más deterioro del medioambiente, menor crecimiento económico, menor expectativa de vida, peores niveles de educación (lo que tienen es indoctrinación, no educación), y a la larga menos bienestar.

No debe sorprendernos que de estos países la gente quiera salir huyendo y emigrar adonde sea con tal de escapar de esa terrible situación de esclavitud y miseria impuesta por sus propios gobernantes.

En general, también existe una correlación entre mayor libertad económica y mayor gobernanza. El contraste es claro entre los países que encabezan la lista y los que están al final de la misma.

Guatemala se encuentra en el puesto 85, más o menos a mitad de la tabla, en el límite inferior de los países clasificados como moderadamente libres. Si seguimos la tendencia de los últimos gobiernos que se han caracterizado por más intervención y mayores controles, burocracia, corrupción, redistribución de la riqueza y un gran descuido de la protección de los derechos fundamentales a la vida, la libertad y la propiedad, poco avance en la construcción de un verdadero Estado de derecho y generación de leyes y regulaciones sin límite alguno y en forma arbitraria, entonces caeremos pronto en la categoría de los países mayormente controlados.

De ocurrir esto, el país seguiría empobreciéndose. Su gente continuaría con un deterioro del nivel de vida y bienestar; los más pobres tratarían de seguir emigrando al Norte, el medioambiente seguiría en franco deterioro; la gobernanza iría en caída libre y la salud y educación empeorarían. No creo que ningún guatemalteco desee esta situación.

Al contrario, el índice de libertad económica, sin meterse a cuestiones de libertad política o civil, nos indica el camino que debemos seguir para mejorar el nivel de vida de todos los guatemaltecos. Más libertad, menos controles, menos regulaciones, menos injerencia del Gobierno son la clave para la prosperidad de todos. Tan fácil que es y tan difícil de aplicar, debido a tantos intereses mercantilistas y rentistas, gente que vive del Estado.

Otra forma de decir con claridad y sin pelos en la lengua cuál debe ser el camino a seguir es aplicar el liberalismo económico en el país.

Mientras más liberalismo, mejores y más pronto serán los resultados positivos para todos. Definitivamente el socialismo es lo contrario, es el camino incorrecto, es el que nos llevará al caos y la miseria y es exactamente lo que se ha estado aplicando en Guatemala por los últimos gobiernos que hemos tenido. Nos hemos alejado del ansiado liberalismo y vivimos entre el mercantilismo, el populismo y cada vez más cerca del socialismo.

Fuente: CEEES (Guatemala)