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Colombia

Colombia: Las grandes “virtudes” de Gustavo Petro – por Noel Carrascal

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A Gustavo Petro hay que confrontarlo en la arena política, y no en la legal o moral. Quienes intenten formas legales de inhabilitarlo para la alcaldía de Bogotá solo galvanizan a sus seguidores. Tratar de descalificar a Petro con argumentos legales y morales, como el hecho de su arresto antes de su indulto, y que el indulto no cubre ese pasado criminal, tiene poco efecto pues la justicia difícilmente sería aplicada a los progresistas como se hace con los uribistas.

Gustavo Petro también galvaniza a sus seguidores con promesas irresponsables y generando una percepción de injusticia entre clases sociales, lo cual fácilmente hace olvidar su pasado y de pronto hasta lo justifica. Sus seguidores probablemente no reconocen su falta de experiencia en administrar una urbe de la complejidad de Bogotá por estar cegados por su discurso clasista. Discurso que contiene proclamas como las que se pueden leer en su plan de gobierno para la alcaldía: “Una ciudad con oportunidades de trabajo digno para todas y todos, que nodiscrimine a los pobres, que trate por igual a mujeres y jóvenes, que respete la diversidad cultural, racial y de orientación sexual…”.

Es por esto por lo que a Gustavo Petro hay que confrontarlo en sus tesis progresistas sobre las razones de los problemas sociales y las soluciones que propone. En cuanto a las razones del problema social, en Colombia hay desigualdades por motivos complejos (geográficas, educativas, violencia). Políticas progresistas, que dividen en lugar de cohesionar la sociedad, son injustificadas pues no hay una segregación institucionalizada como se podía observar en la Sudáfrica del Apartheid, en la revolución chavista, el antiguo sur de los Estados Unidos o los guetos judíos en la Europa de la segunda guerra mundial. En cuanto a las soluciones, Gustavo Petro solo ahonda el odio con supuestos problemas en su discurso progresista que pretende introducir y ‘solucionar’ en la sociedad al mismo tiempo.

El progresismo agrava la crisis social al no estimular el emprendimiento privado y la generación de empleo con impuestos más altos y asignación de culpabilidad a quienes progresan honestamente, sin victimizar a nadie. Políticas progresistas en países como Venezuela han causado éxodos de gente emprendedora en busca de políticas de negocios más favorables, dejando atrás desempleo. En un país progresista, el sector privado, y la microempresa especialmente, llegan rápidamente a un punto en el que crecer y contratar más gente es cancelado por porcentajes de impuestos cada vez más altos a mayores ingresos. Petro se cuida mucho al hablar de impuestos, eso es sinónimo del progresismo en Latinoamérica, sobra recalcarlo. En lugar de impuestos habla de muchos gastos. ¿De dónde sacará el dinero?.

El progresismo latinoamericano deteriora una sociedad pues busca polarizar a los ciudadanos en un frente político de —con— la misma guerra de clases con las que la guerrilla justifica sus acciones. Otro problema adicional del progresismo se da en una sociedad en la que el ‘atajismo’ del vale todo, de la corrupción, del narcotráfico, de la extorsión y del secuestro han creado una cultura del dinero fácil, al que el progresismo se suma como combustible para que nuestra sociedad siga cayendo víctima del facilismo.

El facilismo que causa el progresismo genera una dependencia populista en el que miembros de la izquierda como Petro se atribuyen ayudas sociales que en realidad vienen de los contribuyentes. A estas ayudas sociales, como Bogotá Sin Hambre, se les agrega un ingrediente de odio, de que Bogotá no es humana, de amargura que radicaliza a quienes confunden a progresistas que se atribuyen estas comidas con quienes las pagan, no olvidemos, los contribuyentes que generalmente terminan difamados por los ‘generosos’ progresistas.

Ese dar, dar y prometer genera una dependencia entre las personas que reciben que no es muy diferente a una adicción. En sociedades en las que políticos progresistas han despilfarrado los recursos del gobierno, dando ayudas excesivas a personas a cambio de votos, las masas reaccionan —como un adicto a quien le quitan su droga— cuando se agotan los recursos y se cortan los programas. Eso crea un efecto similar al síndrome de abstinencia cuando la vida que políticos progresistas les habían prometido llega a un fin abrupto, acompañada de una austeridad dura y necesaria, como en Grecia.

Mas el progresismo no solo es una droga para la sociedad sino para quien la practica con fines electorales. Es mucho más fácil llegar a un cargo por elección popular prometiendo; esto genera una euforia en políticos progresistas elegidos cual narcotraficante que corona y se enloquece con sus maletas de dólares gastándoselas rápidamente. Como el narcotraficante que vuelve y trafica, el progresista vuelve y promete en exceso en su próxima elección.

Es injusto criticar al progresismo sin incluir a quienes se benefician de este y asegurarían la existencia de sus bondades. No solo personas en situaciones precarias ponen su esperanzas en vano en el progresismo. También los hay personas muy acomodadas que viven del erario público. Los apoyos que miembros de universidades públicas y sindicatos, como Fecode y Asonal Judicial, generalmente le dan al progresismo son legítimos. Estas personas son insensibles a beneficiarse a costa de los contribuyentes si un político progresista es elegido y les da lo que promete. Estas personas no se inmutarían de ver las arcas de un país vacías si tienen sus pensiones prematuras aseguradas. Su algún lector se siente aludido, me disculpo por la pérdida de su tiempo, no hay nada que yo pueda escribir para convencerlo del daño que la insaciabilidad de sus privilegiadas demandas le hacen a la sociedad, recurro a cualquier vestigio de empatía y altruismo por la sociedad que le pueda quedar.

A Gustavo Petro no le debe preocupar mucho la viabilidad y sostenibilidad del progresismo pues ya tiene su futuro asegurado. Petro, como la izquierda en general, sufre de falta de asumir responsabilidades por sus acciones y las correspondientes consecuencias, probablemente inconscientemente. Ya culparán al neoliberalismo, al capitalismo, a la mano negra o al ‘cualquierismo’ que les parezca más conveniente. Sus grandes virtudes de progresista son las aptitudes para polarizar, dividir y engendrar odio en la sociedad, lo que coincide con el discurso y las palabras de Piedad Córdoba: “Los gobiernos progresistas de América Latina tienen que cortar las relaciones diplomáticas con Colombia”.

Fuente: Atrabilioso (Colombia)

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Discussion

2 comments for “Colombia: Las grandes “virtudes” de Gustavo Petro – por Noel Carrascal”

  1. No soy seguidor del sr Petro, ni siquiera elector en Bogotà;rechazo todo concepto de izquierda: no entiendo como pueden hablar de progresismo desde ese espacio ideològico, lo asumo como son: una mascarada.En eso coincido con el autor.
    No se las bases del sr Petro para hablar de discriminaciòn a los pobres, pero este artìculo refleja fielmente el status quo, aqui y en el mundo libre: Le recuerdo el descontento mundial por la desigualdad, el desempleo y la pobreza. La ausencia de alternativas innovadoras dentro del sistema econòmico de libre empresa, permiten que se disfracen planteamientos como el “progresismo”.
    Lo que si puedo asegurar, y de ello doy testimonio,es que hay discriminaciòn en el acceso al capital para todo estrato: pobre y no pobre, nivel 0 y nivel 6. Esta realidad muestra una distorsiòn en el concepto estructural del sistema: no es la moneda el fundamento si no la iniciativa individual de libre empresa. Cuando esta no tiene posibilidades de progreso, el status quo se hace proclive al delito y a la corrupciòn: lo cual es el pan de cada dìa en nuestros paìses, Colombia por delante.

    Posted by Alonso Gomez Velez | September 30, 2011, 10:25 am
  2. vamos Colombianos no se confundan ya sabemos que los de izquierda son los mas destructores de nuestra sociedad y democracia, no podemos permitriles avances, miren como nos tienen la rama judicial!! estamos en el ranquin mundial de justicia, de los 173 puestos,Colombia esta en el #168 esto se lo debemos a estos narcoterroristas que todo pudren, estan infiltrados en nuestras instituciones,no mas terroristas premiados no acaben con nuestra dignidad ,honor,respeto,valores, por favor rescatemos nuestro buen vivir, futuro Colombiano esta en nuestras manos.

    Posted by ANGELA | October 1, 2011, 5:35 pm

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