Hoy los argentinos han recuperado la esperanza porque hoy han llegado a su fin doce años de kirchnerismo, un largo período de obscuridad en el que se avanzó un proyecto hegemónico de poder que tenía un objetivo muy claro: perpetuarse en el sillón de Rivadavia a cualquier costo. Hoy los argentinos le dan una nueva oportunidad a la república y a la libertad con el objetivo de heredar a las generaciones venideras un país competitivo, ordenado y abierto a la economía global.

Hoy domingo 22 de Noviembre de 2015 los argentinos se unieron para hacer frente a un modelo y un relato agotados, fracasados, ya obsoletos y particularmente insostenibles. Doce años de populismo, clientelismo político combinado con políticas socialistas no efectivas, corrupción gubernamental sin precedentes, nepotismo, creación crónica de privilegios para los más allegados al gobierno y persecución política a la oposición, han llegado a su fin.

Está más que claro que ahora Mauricio Macri deberá ser super cuidadoso a la hora de esquivar las trampas económicas que amablemente le han sabido legar Axel Kicillof y el Banco Central de la República Argentina. Su administración deberá tener mano firme para extirpar a grupos de gran peligrosidad como la Cámpora, enquistada en una gran cantidad de organismos estatales con el objetivo de operar como una especie de “gobierno paralelo”.  Está clarisimo que nada se solucionará mágicamente y se requerirá de tiempo, recursos y excelentes asesores para apagar el incendio que Cambiemos recibirá el próximo 10 de Diciembre: un país en llamas, con altos índices de criminalidad, con inflación fuera de control, asociado al narcotráfico e internacionalmente alineado a países peligrosos que violan derechos fundamentales de manera sistemática.

Si todo sale bien, en unos pocos años se podrán ver los frutos del trabajo de los argentinos, en un marco de reglas claras y competitividad, y hasta idealmente el período que comienza hoy podrá servir de modelo para otros países latinoamericanos que necesitan de un cambio urgente para no caer de una vez y para siempre en manos del caos, la pobreza, la auto marginación y el olvido. Es tiempo de cambio, es tiempo de esperanza en Argentina.

Fuente: HACER