Los pueblos y las democracias del mundo esperan la intervención internacional a Venezuela, única salida visible para hacer frente a la mafia organizada que ha intentado arrebatar la región toda, convirtiendo al sistema democrático en enemigo de sus propios pueblos. Todo parece indicar que es tiempo de esperanza y libertad para el golpeadísimo pueblo Venezolano y la región toda.
En un momento histórico en que las fuerzas antidemocráticas de la región están perdiendo el apoyo popular a gran velocidad, Rex Tillerson recorrió México, Argentina, Perú, Colombia y Jamaica con el claro y público objetivo de fortalecer el apoyo regional para aislar y sancionar severamente al gobierno autocrático que abusa de su poder y reprime a la sociedad civil en Venezuela, habiendo creado una crisis humanitaria, económica y política sin precedentes que está conduciendo al total colapso del país. Uno de los temas clave a conversar ha sido cómo compensar la demanda de recursos energéticos de los países que dependen del petróleo Venezolano (Jamaica y otros países caribeños) en caso de mediar un embargo petrolero encabezado por los Estados Unidos.
Luego de la importante visita de Tillerson, comenzó la recorrida del líder del Comando Sur, Kurt W. Tidd, para finiquitar detalles logísticos de lo que vendrá. En Colombia visitó Tumaco, zona muy cercana a la frontera con Venezuela, país que describió como un claro “factor de desestabilización regional” a través del narcotráfico y el consecuente fortalecimiento de grupos terroristas, una amenaza integral para la seguridad de los Estados Unidos de América.
Por su parte, el Senador estadounidense Marco Rubio, presidente del Sub-Comité de Asuntos Hemisféricos de la Cámara de Senadores, llamó a las Fuerzas Armadas de Venezuela a rebelarse contra la dictadura de Nicolás Maduro. Recordemos que el artículo 350 de la constitución vigente en ese país legitima la rebelión: “El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”. Cabe también destacar que el Secretario de Estado, Rex Tillerson, en días anteriores también dejó entrever la posibilidad de que militares venezolanos colaboren e impulsen la salida de Nicolás Maduro del poder.
Expertos en defensa y seguridad ya hablan de personal, recursos militares y puestos de ayuda humanitaria que están arribando a Panamá, Perú, Colombia y Brasil, todos países fronterizos o de gran cercanía a Venezuela, y ya han comenzado a circular imágenes de fronteras que se ven fuertemente militarizadas en un esfuerzo conjunto de distintos países de la región, muy en especial, en la frontera amazónica entre Brasil, Perú y Colombia ante la atenta mirada de observadores europeos.
Uno de los primeros cómplices del Foro de Sao Paulo en reaccionar ha sido el dirigente cocalero que preside el narcoestado Boliviano: “Rechazamos la sospechosa presencia del Jefe del Comando Sur, Kurt Tidd, en Tumaco-Colombia. Cualquier amenaza militar imperialista contra la paz en la hermana Venezuela y nuestra región, será desbaratada por la dignidad, soberanía y unidad de nuestros pueblos democráticos”, indicó en Twitter el autócrata boliviano, quien ya en noviembre del año pasado llamaba a las Fuerzas Armadas de toda Latinoamérica a ser antiimperialistas.
En agosto de 2017, el presidente estadounidense, Donald Trump, expresó que no iba a “descartar una opción militar” para hacer frente a la crisis venezolana. Y todo lo dicho parece indicar que los días de la farsa que Cuba ha desplegado en Venezuela, basada en el miedo y la dependencia, parecen estar contados. El narcosocialismo, las alianzas con el mundo islámico, la violación sistemática de Derechos Humanos y la notoria ineficacia de sus políticas, han conducido a esto. Thomas Shannon, de la administración anterior, fracasó con su “política de apaciguamiento”, le dió todo a Cuba a cambio de nada y le tuvo enorme paciencia a Venezuela sin obtener avance alguno hacia la libertad o la democracia. Ha quedado una sola opción en la mesa, la tan esperada intervención internacional y todo parece indicar que es tiempo de libertad para el golpeadísimo pueblo Venezolano.
Los pueblos y las democracias del mundo esperan con ansias la ayuda internacional. Ante la mafia organizada que ha intentado arrebatar la región toda, tergiversando el sistema democrático y convirtiéndolo así en enemigo de sus propios pueblos, mientras avanzan en sus objetivos nefastos, robándose la seguridad y la paz que siempre ha caracterizado a un continente llamado América.
* Eneas Biglione es Director Ejecutivo de Fundación HACER de Washington DC.
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