Está más que claro que lo que ocurrió en París era una cuestión de tiempo. Pasaría ayer, tal cual pasó, o hubiera ocurrido mañana o pasado mañana, y está claro que debía tener lugar en algún lugar medianamente conocido para que no pierda la espectacularidad mediática que el terrorismo islámico quiere imprimirle a la guerra contra Occidente.

Y finalmente ayer, viernes 13 de Noviembre de 2015, unos 130 civiles en la capital de Francia fueron asesinados a sangre fría por miembros de grupos terroristas islámicos que con su accionar dejaron también un importante número de heridos y fundamentalmente una estela de miedo, dolor y angustia en toda la población.

Estamos claramente siendo testigos de una importante aceleración de la guerra contra Occidente, facilitada por la prensa internacional que hizo posible el rápido ingreso de grandes cantidades de seguidores del islam radical a Europa a través de la publicación de la supuesta foto del niño Sirio ahogado, que inspiró a darles asilo a personas de Oriente Medio.

Todo esto ocurre en un momento en que los Estados Unidos, (ex?) líder del mundo occidental, han bajado sus defensas ante el terror islámico global de la mano de la administración Obama, quien ha hecho caso omiso de las recomendaciones de Benjamin Netanyahu y ha firmado un acuerdo de entendimiento con Irán que todo el mundo sabe que los persas jamás respetarán.

La caja de Pandora ya está abierta y desde HACER lamentamos realmente el número de victimas en Francia y nos solidarizamos con sus familias. Pero cumplimos también con el deber de informar que conforme pasen los días, las actividades de este tipo se irán multiplicando a lo largo de Occidente. Los niveles de alerta se han elevado, especialmente en los Estados Unidos y las principales ciudades de Europa. Hay certeza de que esto es sólo el comienzo de un proceso de destrucción de Occidente que los expertos temen que será muy complejo de detener.

Fuente: HACER