Nicaragua’s protest demonstrated that civil society can have a major impact. It used the only wealth we have—social capital—to secure a seat at the table where our political and social future is being decided. And it proved that social action can be a powerful force for the development of a better life for our people in the Hemisphere.
Para sorpresa de toda Nicaragua, y de la comunidad internacional, el pasado octubre la Sala Constitucional, controlada por el sandinismo, aceptó el amparo de Daniel Ortega y declaró inaplicable el artículo 147 de la Constitución para beneficio del accionante, alegando que violaba sus derechos humanos.
La ex presidenta Violeta Chamorro, que gobernó Nicaragua entre 1990 y 1997, es el personaje político más popular del país al cumplirse hoy 20 años de su triunfo electoral sobre los sandinistas.
Daniel Ortega, parece dispuesto a no aceptar ningún tipo de críticas a su gestión. Desde que asumió, ha hecho uso de las instituciones del Estado, de la justicia que él controla y de la millonaria cooperación venezolana para amedrentar a la prensa independiente, comprar medios de comunicación y, más recientemente, acallar las voces críticas.
Tal como lo ha demostrado, el orteguismo sólo sabe solucionar sus problemas a punta de piedra y garrote y lanzando a las calles a sus simpatizantes, dispuestos a todo con tal de acallar las voces que divergen. El discurso manipulador del presidente Daniel Ortega encandila los ánimos de quienes se sienten menos, porque tienen menos, […]
“…Daniel Ortega debe dejar el poder en Nicaragua”. Lo dice el eurodiputado holandés Hans van Baalen, presidente de la Internacional Liberal, en entrevista con Radio Nederland.
“…Managua será, el próximo sábado, el escenario sobre el cual los ojos de la comunidad internacional habrán de fijarse…”
El gobierno de Daniel Ortega solicitó al eurodiputado Johannes Cornelis Van Baalen, que abandone el país, en represalia por las críticas emitidas por el también presidente de la Internacional Liberal, respecto a los atropellos del régimen orteguista a la oposición del país.
Ortega sabe que la movilización de su base partidaria no es suficiente para enquistarse en el poder. Se requiere entonces dotar al régimen de una serie de artimañas que le permita dar apariencia de legalidad a fin de avanzar en el control político del sistema sin ser prematuramente removidos.
La Unión de Organizaciones Democráticas de América, UnoAmérica, denuncia ante la opinión pública internacional que se está desarrollando un golpe a la Constitución en Nicaragua, idéntico al que intentó dar Zelaya en Honduras.