// you’re reading...

Mexico

Mexico: El uso del terror – por Carlos Tello Díaz

Compartir esta publicación:

La palabra terrorismo es imprecisa y equívoca. Está a tal grado cargada de emociones, ha sufrido un abuso de lenguaje tan desmedido, que no es posible dar de ella una definición exacta.

Es común que las organizaciones que practican el terrorismo rechacen la palabra por injusta, como lo hicieron, por ejemplo, las Brigadas Rojas en Italia. También es común que los gobiernos utilicen la palabra para desacreditar a sus opositores: los nazis llamaban terroristas a los judíos que se rebelaron en Varsovia y los líderes del apartheiddecían que los negros que los resistían hacían actividades terroristas en Sudáfrica (en México, también, las autoridades llegaron a acusar de terroristas a los dirigentes del EZLN).

El término tiene su origen en el periodo del Terror de la Revolución Francesa (La Terreur, le terrorisme), cuando empezó a ser usado por los monárquicos para desacreditar al gobierno revolucionario de Robespierre. Durante el siglo XIX fue utilizado de nuevo por ellos para condenar los asesinatos que cegaron la vida de muchos de sus miembros más visibles: el zar Alejandro de Rusia, la emperatriz Elizabeth de Austria, el rey Humberto de Italia y el príncipe Luis de Portugal. En el siglo XX adquirió un nuevo significado. Durante la Segunda Guerra Mundial, el uso del terror con fines políticos fue una estrategia de guerra convencional (no de guerra irregular), conducida por gobiernos (no por organizaciones), a través de ejércitos regulares (no de comandos especiales). Más adelante, el terrorismo de grupos radicales de izquierda y derecha fue de nuevo común en la lucha contra los poderes establecidos, en países tan distintos como España, Israel y Sri Lanka. A partir del 11 de septiembre de 2001, el mundo vive saturado de noticias sobre el terrorismo.

El Diccionario de la Real Academia Española define así al terrorismo: “Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror”, y así: “Actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos”. En 1937, la Sociedad de Naciones lo trató de describir como “cualquier acto criminal dirigido contra un Estado y encaminado a o calculado para crear un estado de terror en las mentes de personas particulares, de un grupo de personas o del público en general”. Y en 1996, la ONU lo quiso equiparar con “los actos criminales encaminados o calculados para provocar un estado de terror en el público general, un grupo de personas o personas particulares para propósitos políticos”. En México, el Código Penal Federal señala que el delito de terrorismo es cometido por quien, por medio de la violencia, “realice actos en contra de las personas, las cosas o los servicios públicos que produzcan alarma, temor o terror en la población”. En todas estas definiciones, así, el terrorismo es descrito como el uso del terror para conseguir un objetivo.

Es absurdo que el criterio para determinar si un acto es terrorista sea la naturaleza de sus víctimas: civiles o militares. No, un acto de violencia es terrorista cuando, por su naturaleza o su contexto, su propósito sea intimidar a una población o a un gobierno. Esa es justamente la intención de muchos de los actos del crimen organizado en México. Por eso los difunde. Y por eso es importante que haya una respuesta concertada de los medios, para saber cuándo y cómo los difunde. Así la hubo en Colombia entre los principales medios en 1999 y así la hubo también en Estados Unidos entre las cadenas de televisión más grandes en 2001. No la hay todavía en México, donde la violencia es hoy un espectáculo, incluso entre los medios más serios, un espectáculo que con frecuencia los convierte en cómplices involuntarios del terror.

Fuente: Milenio (México)

(Total: 228 - Today: 1 )

Discussion

No comments for “Mexico: El uso del terror – por Carlos Tello Díaz”

Post a comment

Connect to HACER.ORG

FB Group

RECOMMENDED BOOKS

Support HACER today!

HACER is a tax-exempt organization under Section 501 (c)(3) of the Internal Revenue Code, our supporters will find their donations to be tax-deductible. Donate online now!