Treinta años después de iniciar una lucha armada que provocó casi 70.000 muertos en Perú, militantes remanentes del grupo subversivo Sendero Luminoso intentan insertarse en la vida política participando en comicios regionales y municipales, dijo el lunes el ministro del Interior Octavio Salazar.

Salazar afirmó que Sendero Luminoso “ha sido derrotado políticamente” por el estado y la población, pero alertó que en la actualidad el grupo rebelde tiene “afanes electoreros”.

Según el ministro, la policía ha interceptado comunicaciones del líder senderista “Camarada Artemio”, quien opera en la selva central del valle del Huallaga, en las que instruye a sus seguidores acerca de los nuevos intereses del grupo subversivo.

“El les manifiesta el sentir de ingresar, de penetrar en las organizaciones del estado a través de los municipios, en las elecciones de los municipios, y… también penetrar en los gobiernos de las regiones”, dijo Salazar en entrevista con la radioemisora CPN.

Perú celebrará elecciones municipales y regionales en octubre.

Salazar también comentó que subversivos que cumplieron sus condenas en la cárcel y recuperaron la libertad han ingresado en los sectores estatales de salud y de educación.

“Ellos tienen una política muy clara de infiltrarse y desde allí comenzar a generar los espacios que sean favorables para ellos”, expresó, tras aclarar que la policía no los pierde de vista.

Sendero Luminoso inició su lucha armada un 17 de mayo de 1980 en el poblado andino de Chuschi, en la región Ayacucho, donde quemó las ánforas y cédulas electorales que iban a ser usadas en los comicios presidenciales de ese año.

A partir de entonces desencadenó una creciente ola de violencia terrorista con matanzas de campesinos, atentados con coches-bomba y asesinatos selectivos, que alcanzó a la capital a principios de los años 90.

En septiembre de 1992, la policía capturó en Lima al máximo cabecilla senderista Abimael Guzmán y su cúpula, lo que significó el descabezamiento y neutralización del grupo rebelde.

Con Guzmán en prisión de por vida, Sendero Luminoso quedó reducido a dos facciones remanentes que operan en la selva: una al mando de Artemio en el Huallaga, y otra en el Valle del Río Apurímac-Ene, en el sudeste del país, al mando de los camaradas José, Alipio y Raúl.

El domingo, en vísperas del aniversario rebelde, fueron encontrados cientos de volantes en zonas apartadas de Ayacucho, con mensajes aparentemente escritos por Artemio en los que despotricaba contra la facción del VRAE, calificándola de “grupo adicto a los narcotraficantes”.

Salazar comentó que ello sería una evidencia de “la pugna que existe entre Artemio con José”, que el gobierno debe saber aprovechar.

Las autoridades afirman que los actuales rezagos de Sendero Luminoso han establecido una alianza con el narcotráfico, canjeando protección a los narcotraficantes por dinero y recursos.

Los senderistas del VRAE ha causado desde el 2008 a la fecha la muerte de más de 40 militares en respuesta a la incursión de las fuerzas armadas en esa convulsionada zona del país.

Fuente: El Nuevo Herald