No fue poca cosa la parafernalia que mandó montar el gobierno para oficializar la posesión del nuevo Defensor del Pueblo. Los Colorados de Bolivia montaban guardia, alfombras rojas y el despliegue del protocolo para el ingreso del Presidente del Estado Plurinacional mostraba sus mejores galas dejando entrever el esfuerzo por hacer de esta ceremonia un acto emblemático (tal como los diagrama el gobierno cuando quiere dejar algo por sentado para obtener otros fines).

Por algo será que se han desplegado bombos y platillos, nos preguntábamos algunos en esta especie de doble consciencia que hemos aprendido a utilizar para descifrar hacia donde se dirige y nos pretende dirigir el gobierno actual. Y la duda encontró una pista al pensar que en la aplicación del Nuevo Estado- Socialista- Revolucionario- Plurinacional se está haciendo común e indispensable el uso de la fuerza, de la violencia, de persecuciones que han pasado a ser el pan de cada día en el cotidiano boliviano. Todavía los cuerpos de dos jóvenes muertos en la masacre perpetrada en Caranavi están en pleno estado de descomposición sin que haya señales que se encaminará una investigación objetiva para desenmascarar y procesar a los culpables que siguen señoreándose en sus altos cargos de gobierno- con la ostentación de quienes se sienten ungidos a propiciar actos de fuerza.

Siendo esta la ruta crítica y el escenario que se vivirá en Bolivia, entonces es normal que el gobierno haya tomado sus precauciones para elegir al defensor que les conviene, pasando por alto las calificaciones meritorias y valorando sobre todas las cosas que este funcionario haya aceptado servir incondicionalmente a quienes le otorgaron el cargo.

La doble consciencia y las sospechas se aclararon cuando en la sesión de Congreso en la que se le dio posesión al nuevo personaje, el propio vicepresidente le planteó públicamente al defensor que debía servir al Estado que iba camino a volverse fuerte que en léxico que conocemos los bolivianos quiere decir “represor y violento”.

El vicepresidente sin un poco de pudor le dio el mandato de priorizar al Estado y además le explicó tal como se alecciona a un niño, que si no hacía esto le iría muy mal tal como ocurrió con el anterior defensor del pueblo que en la crisis política vivida entre 2008 y 2009 no veló por el Estado y se ocupó de los perseguidos y los que cayeron en desgracia, razón por la que recibió el castigo de no haber sido reelecto a pesar de haber obtenido la mayor calificación meritocrática.

Los abucheos no se hicieron esperar en el hemiciclo, dos diputadas de oposición colocaron un letrero que decía: “Queremos defensor del pueblo no defensor de Evo”, un senador del partido de gobierno fue y arrancó violentamente el letrero, las diputadas le dieron alcance y se lo arrancaron de la mano y lo volvieron a colocar, otra diputada pidió le permitan expresarle y entonces después de un cruce de palabras con el Vicepresidente, la comitiva oficial decidió salir apresuradamente del Congreso y dejaron a Villena el nuevo y prematuramente desprestigiado defensor del pueblo sin conseguir leer su discurso. En plena confusión Villena se colocó en la escalinata de ingreso al senado y leyó solitariamente su discurso en una escena tragicómica y de grandilocuente patetismos palaciego, propia de los tiempos de caudillos que se adueñan hasta de los que tendrían que ser defensores de sus pueblos.

Penoso y lamentable episodio- y colorín colorado el pueblo quedó nuevamente indefenso y librado a las represiones y persecuciones que la imaginación de sus gobernantes alcance a formular y el defensor defenderá al Estado fuerte “represor” mientras los bolivianos siguen sonámbulos el curso de esta nueva pesadilla.

* Centa Reck es Senadora por Santa Cruz- Bolivia.

Fuente: Hoy Bolivia