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Argentina

Argentina: El kirchnerismo se equivoca de enemigo – por Nicolás Márquez

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Celebramos la lucidez tardía de Mauricio Macri, quien salió a la palestra en numerosos programas de TV para arremeter contra Néstor Kirchner con un tono virulento llamativamente extraño en él, puesto que Macri, desde que “se dedica a la política” trataba al patagón como un amable “adversario” y se jactaba de no ser “antickirhcnerista” sino un “opositor constructivo”.

Ahora, ante la inminencia de su procesamiento a manos del Juez Oyarbide (el mismo que determinó a toda marcha que Kirchner “hizo su fortuna trabajando”), Mauricio levantó el tono de su precario libreto y arremetió contra Néstor acusándolo de ser lo que es (que no es más que lo que fue siempre pero el propietario del “Pro” lo silenciaba culposamente).

La ingenuidad en política es pecado y las reacciones a destiempo dejan de ser tales para convertirse en lo que en la jerga popular se conoce como un “manotazo de ahogado”.

Ante la muy fuerte probabilidad de que Francisco de Narváez sea impedido por la Corte Suprema de Justicia a competir en las contiendas presidenciales del año venidero (su condición de extranjero obra como obstáculo principal), según el razonamiento kirchnerista quedan tres candidatos “peligrosos” a diezmar:

Uno se autoexcluyó, nos referimos al santafecino Carlos Reutemann (también conocido como “el mudo”), cuya inmovilidad política y verbal lo han diluido por el momento a la categoría de silencioso opositor ornamental. Mauricio Macri (quien ya venía implosionando tras sus progresivos errores políticos y horrores ideológicos) se encuentra contra las cuerdas tras la citada embestida del kirchnerismo a través del ya mencionado magistrado Norberto Oyarbide, quien según parece, desde hace tiempo dejó de ser un simple adicto a los taxi-boys para convertirse en un poderoso operador político del oficialismo.

Nos queda en pie Julio Cobos, quien con la elasticidad de un equilibrista, desde hace tiempo viene esquivando ataques “destituyentes” sin perder su nivel de adhesión. Pero el oficialismo confía en que en tarde o temprano, algunos de sus proyectiles logrará herir al mendocino y tendrá el camino despejado de todo opositor de peso, para finalmente, alzarse con la reelección el año próximo.

Kirchner aspira a sacar el 40% de los votos en las contiendas del 2011 y además, aventajar al que salga segundo por más del 10% de los sufragios. De esta manera, conforme lo indica el cuadernillo “alberdiano-menemista”, el magnate santacruceño alcanzaría su segunda reelección y su tercera presidencia consecutiva (sea que este la encabece él en persona o su cónyuge en parodia).

Sin embargo, hay un cálculo que pareciera no tener en cuenta la ceguera regiminosa. El kirchnerismo en las últimas contiendas no pudo ganar ni en la Provincia de Buenos Aires, ni en la Capital Federal, ni en Córdoba, ni en Santa Fe ni en Mendoza ni en Santa Cruz!!!!! (el resultado final del oficialismo a nivel nacional apenas alcanzó el 30% de los votos). ¿En base a qué datos hace el kirchnerismo tamañas proyecciones electorales? ¿Acaso Guillermo Moreno le calcula los pronósticos sufraguistas al matrimonio hotelero?.

Es verdad que la oposición necesita unificarse detrás de un líder que marque tendencia, algo que en mayo del 2010 todavía no aparece de manera clara y contundente. Pero en rigor, el kirchnerismo no tiene por obstáculo principal el posible perfil del caudillo contra el cual deberá competir en un ballotage, sino que el enemigo más peligroso de los ricachones progresistas son ellos mismos.

En efecto, ya en el año 2003, cuando el actual Senador kirchnerista Carlos Menem competía en las elecciones presidenciales de entonces, habían anticipado los encuestadores que el riojano llegaba al ballotage seguro, y de los cinco candidatos con chance ciertas de ingresar en el duelo final (a la sazón López Murphy, Rodríguez Saa, Carrió y Kirchner) cualquiera que sea, aplastaba a Menem en la segunda vuelta. Incluso, una encuesta hizo un experimento con un candidato rezagado, el radical Leopoldo Moreau (quien en dichas elecciones no llegó al 2% de los votos).

El sondeo fantaseaba el escenario de un ballotage entre Menem y Moreau: el resultado del mismo arrojó que ganaba, por lejos, Moreau. ¿Qué quiere decir esto?. Que Menem perdía sí o sí, tanto sea que compitiera contra un estadista esclarecido como contra un muñeco de cera.

Mutatis mutandis, las operaciones judiciales o de prensa que el kirchnerismo haga para descuartizar opositores, no será óbice para que en el año venidero, el que llegue al ballotage le gane al kirchnerismo sin más trámites ni zozobras. Incluso, si Macri es derrotado políticamente de manera definitiva, quien sacará provecho político de ello no sería el kirchnerismo sino Cobos (aun sin quererlo). A la inversa, si a Cobos mañana le vuelan su casa con él y su familia adentro (praxis habitual en los Montoneros de la década del 70`) el beneficiado del atentado sería el propio Macri.

El kirchnerismo, otra vez comete el error de creer que los peligros de su permanencia en el poder son los líderes opositores, cuando el enemigo del kirchnerismo es el fastidio y rechazo que ellos generan en la sociedad. Con el agravante de que esta legítima repulsa social que padece el matrimonio afrodisíaco se halla en un estado irreversible, o al menos, el propio kirchnerismo se está encargando de consolidar dicha irreversibilidad.

* Nicolás Márquez es Periodista, abogado, escritor. Ultimo libro del autor: “El Canalla – la verdadera historia del Che Guevara”. www.nicolas-marquez.com.ar

Fuente: Periodismo de verdad (Argentina)

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