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Argentina

Argentina: En alerta máxima – por Fernán Saguier

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Tema de conversación número uno entre los editores del continente: la alerta máxima que rige sobre lo que está ocurriendo con los medios independientes en la Argentina.

Tema de permanente despliegue en la poderosa y creciente prensa brasileña: las múltiples y cada vez más desembozadas formas del constante asedio kirchnerista a los medios críticos.

Tema insoslayable a cubrir por los corresponsales extranjeros en Buenos Aires: lo que va a ocurrir en torno del 10 de diciembre. Ésa es la fecha en la que la propia presidenta de la Nación insinuó que el Gobierno intervendría medios del Grupo Clarín.

La Argentina está en boca de todos. Ha sido la protagonista excluyente de la reunión que la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) concluyó aquí ante 450 editores de las 1300 publicaciones nucleadas desde Canadá hasta Tierra del Fuego.

Las permanentes y hostiles referencias presidenciales a los hombres de prensa, el inmenso aparato comunicacional estatal y privado dedicado a denostar a políticos, empresarios y periodistas críticos, la discriminación de la publicidad oficial, la ley de medios y la del papel prensa… Todo genera perplejidad y asombro.

Los más destacados editores y directivos de diarios de la región, aquellos que forman opinión desde las columnas editoriales y deciden desde las redacciones qué informaciones se cubren y qué importancia se les asigna en páginas, sitios web, teléfonos móviles y, en muchos casos también, cadenas de radio y TV, respondieron en forma concluyente ante una consulta de LA NACION.

La pregunta fue: ¿qué percepción tienen sobre lo que está ocurriendo en la Argentina con el periodismo independiente? El panorama no podría ser peor. Veamos:

Roberto Gazzi, director de Desarrollo Editorial de O Estado de São Paulo: “Los ataques del Gobierno contra la prensa libre deben ser vistos con gran preocupación. Brasileños y argentinos vivieron recientemente un período terrible en sus historias, marcado por dictaduras que impedían el trabajo de la prensa libre. En nombre de una falsa democratización de los medios, se busca la construcción por el poder de una voz única. La actitud del gobierno argentino va a contramano de la historia”.

Alizio Maranhao, director periodístico de O Globo: “Cristina Kirchner se ha mostrado como una discípula aplicada del caudillo Hugo Chávez. Su incapacidad de convivir con la divergencia de opinión es parte del ADN chavista. De ahí viene la embestida autoritaria contra lo que resta de la prensa independiente, que es parte de un proyecto amplio que incluye la manipulación de los fondos públicos de propaganda como el montaje de una enorme red de comunicación estatal y bajo influencia oficial, con apoyo de prensa subyugada, algo típico de los regímenes totalitarios. El ataque a la libertad de prensa es un aspecto del proyecto de reducción de las libertades individuales en general”.

Miguel Enrique Otero, director de El Nacional, de Caracas, Venezuela: “Lo que pasa en la Argentina es la continuación de una estrategia ya común en el continente y que en Venezuela el gobierno oficializa como «hegemonía comunicacional». En el fondo el objetivo es que mandatarios populistas y autoritarios perduren en el poder modificando constituciones y silenciando a la prensa independiente. El jefe del Estado se dedica a dar instrucciones, a insultar y a amenazar, a intervenir en los medios oficiales para señalar a aquellos periodistas a los cuales hay que atacar, incluso físicamente. En este esquema de agresión permanente el periodismo libre está permanentemente amenazado”.

Felipe Edwards, directivo de El Mercurio, de Chile: “Al igual que en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua, los ataques se enmarcan junto con medidas que buscan debilitar la autonomía de los poderes judiciales y legislativos. La libertad de expresión enfrenta una amenaza grave. Las agresiones a la prensa y a las empresas que la sustentan son una embestida a los lectores, a los ciudadanos a los que el poder debe servir, y, en esencia, socava la misma democracia”.

Carlos Pérez, director de El Universo, de Ecuador: “No hay peor terrorismo que el terrorismo de Estado. Toda opresión, toda limitación de los derechos originarios desde el poder constituyente es la mayor amenaza para la libertad y la civilización. La historia por la lucha de la democracia y por las libertades es la historia contra los desbordes y los abusos de poder. No hay mayor enemigo que este enemigo, además mucho más dañino y peligroso para las libertades es cuando dice ser su defensor. Ésta y ninguna otra es la cuestión que se está planteando hoy en la Argentina”.

Roberto Rock, director editorial de El Universal, de México: “La presidenta Kirchner ha decidido abrir una zanja entre su administración y los periodistas argentinos, que todos los días observan cómo se deterioran las condiciones con las que trabajan a causa de una autoridad que tiene el deber de respetar y hacer respetar la libertad de expresión”.

Gustavo Mohme, director de La República, de Perú: “El Gobierno insiste en su acoso a la prensa. En esta ocasión con anuncios sobre el 10 de diciembre, buscando presionar al Poder Judicial y culpando a los medios de lo que sucede en el país. Se trata siempre de golpes de efecto para distraer la atención y no tener que lidiar con las denuncias que aquejan a la ciudadanía. Es obvio que estamos ante un continuo retroceso de la libertad de prensa en la Argentina”.

Cristina Aby Azar, editora de The Wall Street Journal Americas: “Acabo de estar en Buenos Aires y me shock eó y entristeció escuchar los reportes de mis colegas. La acción oficial de restringir y dificultar el trabajo de los periodistas es cada vez más agresiva y común. Con la reelección del presidente Chávez, la percepción general de los medios y la comunidad de negocios es que Cristina Kirchner irá más lejos que la revolución bolivariana en su impacto contra los medios independientes y el sector privado”.

Washington Beltrán, director de El País, de Montevideo, Uruguay: “Cristina Kirchner fue muy clara cuando anunció tiempo atrás «ahora vamos por todo», lo que supone concentrar más el poder y evitar focos de crítica que alertaran a los ciudadanos sobre los peligros que ello implica. Los ciudadanos deben entender que lo que está en juego no es el futuro de tal o cual medio de comunicación sino su derecho a estar informados, expresarse y denunciar los apartamientos de los principios republicanos democráticos. Si ceden en esta batalla, habrán entregado no sólo una bandera, sino su estilo de vida”.

María Elvira Domínguez Lloreda, directora de El País, de Cali, Colombia: “Observamos con preocupación la forma en que el gobierno argentino usa las leyes para interferir la labor de la prensa libre, la que no está con el régimen y denuncia sus abusos y errores. La legislación es utilizada para reducir la capacidad económica de los medios independientes y obstaculizar su misión como ojos y oídos de la sociedad que integran”.

José Luis Correa, director de El Siglo, de Panamá: “Nos preocupa profundamente lo que pasa en la Argentina. Lo que sucede es un ataque mismo al corazón de la democracia, toda vez que el derecho a informar y opinar constituye un derecho humano. Violarlo es muy grave y afecta a todo el sistema democrático y de libre pensamiento”.

Jorge Canahuati, director de La Prensa, de Honduras: “Los ataques sistemáticos contra el periodismo crítico sólo evidencian la debilidad de quienes los orquestan, que quieren a una ciudadanía cegada y a sus instituciones debilitadas para avanzar con sus desmedidas ambiciones”.

Cristian Bofill, director de La Tercera, Chile: “La Argentina es el ejemplo más chocante de cómo un gobierno puede ser elegido en forma democrática y al mismo tiempo manifestar en el ejercicio de su mandato un gran desprecio por las instituciones y las reglas de convivencia pacífica”.

Claudio Paolillo, director de la revista Búsqueda, de Uruguay: “La situación es muy grave. La Argentina está a punto de convertirse en uno de los peores lugares para el ejercicio libre del periodismo”.

LA SIP, CON NUEVO DIRECTORIO

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) eligió a su nueva comisión directiva, presidida por Jaime Mantilla, del Hoy, de Quito. Los vicepresidentes serán Elizabeth Ballantine, del Durango Herald, de EE.UU., y Gustavo Mohme, de La República, Perú. El director de LA NACION, Bartolomé Mitre, fue designado secretario.

Fuente: La Nación (Argentina)

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