Bolivia conmemora los 30 años de democracia con un síntoma preocupante: los tanques de guerra, símbolo de las asonadas militares de otros tiempos, volvieron a circular, esta vez en Challapata, en el marco de un operativo que derivó en la pérdida de dos vidas humanas y en varios heridos.

Otro signo de los tiempos que corren fue el acordonamiento policial de la Plaza Murillo, que paradójicamente impidió el acceso de las víctimas de las dictaduras.

La fecha tampoco pareció provocar especial efusión de parte de Evo Morales, más enfocado en recordar el aniversario de la muerte de Ernesto “Che” Guevara.

Fueron los ex presidentes de la república los que pusieron la nota de homenaje, con un acto realizado en el Concejo Municipal de la ciudad de La Paz.

Aunque el vicepresidente Álvaro García Linera se vanaglorió de la “democracia comunitaria” que rige en el país según sus términos, lo cierto es que la Bolivia de hoy sufre de graves deformaciones autoritarias, incluyendo la influencia gubernamental en la justicia y el hostigamiento a la prensa, así como la existencia de presos políticos y exiliados.

Súmese a esto la creciente militarización del gobierno, que premia el alineamiento partidario de los integrantes salientes del Alto Mando con viceministerios y consulados.

Posdata: la mejor forma de celebrar la fecha sería proponiendo una ley de amnistía general para todos los perseguidos políticos…

Fuente: EJU.TV (Bolivia)