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Guatemala

Guatemala: Solidaridad y subsidiariedad, las prostituidas – por Karen Cancinos

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776“Ayer fue inaugurado el quinto comedor solidario del programa de Cohesión Social del Gobierno, cuya habilitación costó Q3.2 millones”, rezaba la nota en un matutino. Comedor “solidario”. Vaya burrada. ¿Cuánta solidaridad hay en quebrar a centenares de señoras que hacen comida para vender y con eso sostener malamente a sus familias, sobre todo si son mujeres abandonadas por algún desobligado? Ninguna. Porque “gobierno” y “solidaridad” son categorías mutuamente excluyentes.

Me explico. Solidaridad es un concepto ético, no político. Sólo las personas pueden ser solidarias, sólo los individuos pueden identificarse con el sufrimiento ajeno y sentir empatía por quien afronta dificultades, porque todos hemos estado en esas alguna vez. Quien haya pasado por la vida sin haber encarado jamás la pérdida, la frustración, la soledad, la estrechez económica, o todo junto, primero que levante la mano y luego que vaya a ver de qué manera consigue que se le insufle algo de vitalidad, pues estar envuelto en algodoncillos de sobreprotección es vegetar, no vivir.

De ninguna manera, entonces, un Gobierno es o puede ser “solidario”. Lo mismo puede afirmarse de sus proyectos. De lo que sí cabe hablar en términos de poder público, es de subsidiariedad. Pero eso es otra cosa, no solidaridad, y ciertamente NO es sinónimo de clientelismo. Subsidiariedad sí es una categoría política, ya no individual, y resulta completamente predecible en un Gobierno socialdemócrata, cosa a la que por cierto para nada se asemeja el caldo fétido del gobiernillo de la UNE.

El concepto de subsidiariedad se refiere a la participación gubernamental en ámbitos en los que la gestión privada es inexistente o insuficiente. En otras palabras, si hay escasez de solidaridad humana, es aceptable la subsidiariedad gubernamental: niños abandonados por irresponsables que los tiran a la acera, ancianos echados a la calle por hijos desagradecidos, y casos así, que todos sabemos que se dan, y que afortunadamente todavía constituyen una minoría. Porque el pueblo guatemalteco es más bien solidario, aunque no hay que perder de vista que esa característica está desdibujándose. En mi criterio, esa laxitud de la empatía que hoy percibimos, esa creciente indiferencia en relación a otros, se debe a la erosión de las familias.

Es un tema importante, me parece, pero lo tocaré en otra ocasión. Vuelvo a la subsidiariedad, que sí es, insisto, un concepto político, que cabe solo cuando (su propio nombre lo expresa) no hay opciones privadas de asistencia social o de provisión de servicios. De manera que un comedor que sirve desayunos a Q1 y almuerzos a Q3, acabando con cientos de pequeños negocios de venta de comida no es una expresión de subsidiariedad (pues hay quien venda alimentos), sino una vulgar herramienta clientelista. ¿Se trata acaso de reducir a la mendicidad a gente digna? ¿Es el objetivo que las vendedoras de comida dejen los canastos que llevan, bien erguidas, sobre la cabeza, para que se agachen y engrosen las filas de quienes se arrastran con las manos extendidas ante unos ordinarios envanecidos por el poder temporal y envalentados por la impunidad de su latrocinio?

Solidaridad y subsidiariedad, pobres señoritas tan poco entendidas. Y ambas prostituidas por la UNE. Ya he sumado tal vileza a la larga lista de iniquidades cometidas por esa gavilla.

Fuente: Siglo XXI

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Discussion

One comment for “Guatemala: Solidaridad y subsidiariedad, las prostituidas – por Karen Cancinos”

  1. Que se puede comentar de un articulo que dice toda la verdad? Buen trabajo Karen.

    Posted by Gustavo Barrios | September 1, 2009, 3:53 am

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