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Panama

Panama: La excelencia en la educación no se logra en las calles – por Marissa Krienert

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Huelga, amenaza, chantaje, lucha, presión y corrupción;  todo es más de lo mismo.  Y todo por mantener en un respirador artificial a un sistema  mediocre que les permita a  los “educadores” quedarse en el mismo lugar, intocables y sin riesgos, con mejor salario; y por supuesto, que no los ponga a competir porque es mucho esfuerzo. El trabajo soñado!

La excelencia en la educación no se logra en las calles ni en una hamaca, se logra trabajando en las aulas con maestros comprometidos y capacitados dentro de un sistema moderno y funcional; pero principalmente, con voluntad y el compromiso de todos y cada uno de los habitantes de este país.  No es responsabilidad exclusiva del Ministerio de Educación y del gobierno de turno, es el deber de todos.  El gobierno cambia, eso esperamos, pero la sociedad permanece.

El sistema educativo panameño no se encuentra en su peor momento, siempre ha estado en este peor momento; atrasado, nunca ha sido competitivo ni ha buscado ser bueno, mucho menos excelente.  ¿Puede ir para peor? Por supuesto que sí, quedémonos atendiendo las amenazas de huelga en “HD” y veremos.  El sistema se encuentra en un punto donde puede ser reinventado pensando en el país como un todo y no en el país como un grupo de dirigentes.  No es sólo pensar en ser de primer mundo;  es el momento para ejecutar con bases sólidas y ser.

Los resultados de las evaluaciones internacionales del Segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (SERCE) y del  último Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA muestran de manera clara el deplorable estado de nuestro sistema de educación.  Nos muestran con datos lo que todos sospechábamos,  que somos parte del último lugar, es decir, vamos “detrás de la ambulancia”; como bien se anota en el SERCE, “El puntaje promedio de estos países es significativamente inferior al puntaje promedio regional” y nosotros estamos en ese grupo.

Las pruebas son sólo un termómetro que nos enseña con números y  bonitas gráficas la fea realidad.  Lo que vivimos día a día en las empresas: dificultad para conseguir profesionales, técnicos y mano de obra calificada en prácticamente todas las disciplinas.  Y no sólo es incapacidad para ejecutar, también es actitud y voluntad. Algunos culpan al “boom” económico de la última década; si ese fuera el caso, no estaríamos frente a la precaria situación que viven miles de familias pobres que no logran salir de la miseria, miles de familias que fueron clase media y hoy no lo son, por que la pendiente que nos lleva a un lugar mejor cada vez está más empinada.  Veamos cómo estamos en el tema de seguridad ciudadana, hablemos de educación con los pandilleros, ¿acaso vieron en la educación y en el esfuerzo personal la respuesta?

La calidad de vida de los panameños no mejorará si los sistemas de formación de capital humano no están acorde con las necesidades y exigencias del mundo moderno.  La educación es la herramienta fundamental para que el crecimiento económico sea sostenible.  Legislar para atraer y generar empresas que inviertan en nuestro país es muy bueno, pero que se queden y generen plazas de trabajo de manera constante a lo largo del tiempo, es mejor, es lo deseable.  Es esa generación de empleos lo que nos fortalece y hace crecer, pero es esa demanda no satisfecha por el mercado laboral la que hace que sean los vecinos del sur quienes ocupen los puestos de trabajo. ¿La diferencia entre ellos y nosotros? La educación.

El mantener la situación educativa en pausa sólo es conveniente para quienes están interesados en que persista una población sin esperanzas en el sistema democrático y el libre mercado.  Detener las reformas educativas necesarias sólo sirve a los intereses de quienes desean manipular a la audiencia con un discurso político engañoso.  Detener el proceso es secuestrar la Libertad.

La libertad de las naciones se da sólo como efecto de la libertad de sus ciudadanos.  La educación que recibe cada individuo lo hace libre o lo hace dependiente y ciego.  La educación que hoy recibimos los panameños es un atentado contra la Libertad, es un secuestro de la Inteligencia y una condena segura y garantía de dependencia de nuestros gobernantes, de sus subsidios y de sus dádivas compra votos.

La libertad e independencia personal, la realización de cada individuo, lo que lo hace crecer y prosperar es la educación.  El crecimiento de cada individuo es el crecimiento colectivo es el crecimiento del país. No atender las necesidades reales del sistema educativo hoy, es caminar hacia la pobreza y a la mediocridad.

A los educadores y a los gobernantes, enfréntense! Pero sin agendas ni intereses personales y con un mismo propósito: rescatar la educación panameña para  preparar a cada panameño para competir y triunfar.

* La autora es Directora Ejecutiva de la Fundación Libertad de Panama.

Fuente: Fundacion Libertad (Panama)

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