El problema económico de fondo es la escasez, el hecho de que no todo alcanza para todos, y menos en las cantidades que cada uno quisiera (escasez que comienza por el recurso de los recursos: el tiempo), de tal manera que siempre habrá necesidades, gustos, deseos y caprichos insatisfechos, y a las pruebas me remito: ¿quién de ustedes, lectores, no tiene alguna necesidad, gusto, deseo o capricho insatisfecho o, dicho de otra manera, quien de ustedes está total y definitivamente satisfecho? Ninguno.

¿Qué se necesita para que la escasez vaya siendo menor (en el entendido de que nuca será cero) y para que el bienestar de las personas vaya siendo mayor (en el entendido de que nunca será infinito)? Antes que cualquier otra cosa que la producción de bienes y servicios sea la mayor posible, para lo cual se requiere que la productividad, definida en términos generales como la capacidad para hacer más con menos, sea la mayor posible, de tal manera que podemos apuntar estas relaciones: 1) a mayor productividad mayor producción; 2) a mayor producción menor escasez; 3) a menor escasez mayor bienestar. ¿Cuál es la primera condición necesaria para lograr esto último? Mayor productividad, y en este punto, ¡precisamente en éste!, en la economía mexicana tenemos un serio problema.

El INEGI calcula y reporta trimestralmente el Índice global de la productividad laboral de la economía, IGPLE, que mide eso: la situación de la productividad laboral en nuestro país, siendo estos los resultados para el primer trimestre del año.

El Índice global de productividad laboral de la economía, con base en horas trabajadas (medición en base a lo que se produce por hora trabajada), para los últimos cinco trimestres fue el siguiente: primer trimestre de 2013, 99.9; segundo, 100.8; tercero, 99.9; cuarto, 101.9; primer trimestre de 2014, 100.2. ¿Qué tuvimos? Un trimestre de avance, uno de retroceso, lo que se ganó con el avance se perdió con el retroceso por lo que, para todo efecto práctico, permanecimos estancados. IGPLE primer trimestre de 2013, 99.9. Un año después: 100.2. Avance marginal. Prácticamente igual.

Por su parte, el Índice global de productividad laboral de la economía, con base en el personal ocupado (medición en base a lo que se produce por persona ocupada), para los últimos cinco trimestres fue el siguiente: primer trimestre de 2013, 99.3; segundo, 99.7; tercero, 99.8; cuarto, 101.7; primer trimestre de 2014, 99.5. ¿Qué tuvimos? Un avance marginal, pero sostenido, a lo largo del 2013, con un retroceso durante el primer trimestre del 2014, por lo que, para todo efecto práctico, permanecimos estancados. IGPLE primer trimestre de 2013, 99.3. Un año después: 99.5. Avance marginal. Prácticamente igual.

¿Tenemos, o no tenemos, un serio problema de productividad?

Fuente: Asuntos Capitales (México)