En medio de la crisis que dejó el terremoto el pasado 19 de septiembre, los mexicanos me sorprendieron a mí y al mundo entero.

Se dice que la sociedad mexicana nunca había estado tan unida como ahora. Y es que no pasó más de una hora de haber temblado, cuando miles de mexicanos ya estaban abriendo centros de acopio y movilizándose para ayudar en los escombros. Tanto así, que los víveres y los voluntarios empezaron a sobrar. Los ciudadanos se empoderaron instantáneamente y por su propia cuenta.

Tembló la tierra, pero también temblaron los políticos. Se vio una clase política débil que lo único que pudo hacer fue aprovecharse de la tragedia. Salieron los partidos, babeando por votos, peleándose por quién donaba más de sus recursos. Pero ni eso los salvó de verse pequeños frente a los ahora ciudadanos empoderados.

Los mexicanos le dieron una lección al mundo entero: la ciudadanía, más que el gobierno, es la que puede mover al país.

Nos enseñaron que se resuelven más problemas al hacernos dueños de nuestro propio destino, que esperando a que a “papá gobierno” le entren las ganas de resolverlos por nosotros. Porque no puede quedar más claro que los políticos y sus respectivos partidos no tienen los mismos intereses que los ciudadanos. Por eso, no extraña que cuando la vida de cada ciudadano está en manos del gobierno, muy frecuentemente la sociedad se encuentra inconforme. Y por eso, por estar consintiendo los intereses de los políticos, no extraña que México no avance.

Ya nos podemos dar cuenta que México sería otro si los ciudadanos tomaran las riendas en todas las crisis que vive hoy: económica, del sistema de salud, y del sistema de educación. ¿Por qué no? Ya demostraron tener la fuerza, las ganas y la capacidad. Además, ya demostraron que para hacerlo, no necesitan pedirle permiso al gobierno.

Ojalá que los mexicanos no pierdan el impulso. Y sobre todo, que no suelten ese poder que le arrebataron al gobierno durante la crisis del terremoto, porque en realidad ese poder le pertenece a ellos.

* Marcela Recinos es salvadoreña, estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Iberoamericana, en Ciudad de México.

Fuente: HACER

Vea algunos videos de la tragedia: