Por medio de una carta, la Secrecretaría de Comunicaciones (SECOM) de Ecuador, el polémico órgano que hace las veces de juez y parte en materia de comunicaciones y en nombre de la “revolución” ciudadana de Correa, se notifica a Fundamedios de su disolución inmediata.

Según informa su página web, Fundamedios es una organización que “monitorea, investiga y lucha por la defensa de la Libertad de Expresión”. Ésta ardua tarea se lleva a cabo en Ecuador, el país que junto con Venezuela, es donde más rápido se está deteriorando la libertad de expresión en toda América Latina.

Las autoridades de Fundamedios lo han dejado muy claro en distintas oportunidades: “se corre el riesgo de pensar que esto es una guerra entre Medios y Gobierno y se deja de lado el sentido real: esto es la defensa de derechos fundamentales”.

Ayer, 8 de septiembre de 2015, la Secretaría de Comunicación (SECOM) notificó a Fundamedios acerca de la decisión de iniciar el proceso de disolución de la organización, acusándola de divulgar y promover contenidos de los blogs de opinión independientes “Estadodepropaganda.com” y SentidoComunEcuador.com de los periodistas Roberto Aguilar y José Hernández, respectivamente.

Según indica la notificación de la SECOM: “Fundamedios ha difundido mensajes, alertas y ensayos con indiscutibles tintes políticos que dejan clara la posición de esta organización social cuyo ámbito de acción debería desenvolverse en relación a la comunicación social y al periodismo”. A través de la Resolución No. 2015-SECOM-007 del 7 de septiembre, además de iniciar el proceso de disolución, la Secom da a la Organización un plazo de 10 días para que ejerza su defensa y presente las pruebas de cargo y descargo dentro del proceso administrativo iniciado.

Fundamedios – la Fundación Andina para el Estudio y la Observación de Medios – que lleva adelante su riesgosa misión desde el año 2007, había comenzado a ser hostigada por el gobierno de Correa desde hace ya muchos años, no sólo a través de la SECOM y del Servicio de Rentas Internas (SRI) del Ecuador, sino por medio de una virulenta campaña de difamaciones e insultos en redes sociales y campañas de desprestigio en los medios comprados por el gobierno con el dinero de todos los contribuyentes ecuatorianos.

Fuente: HACER