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Brasil: Diplomático que ayudó al Senador Pinto a huir de Bolivia afirma: “ese país es la Siria brasileña” – por Mónica Bergamo

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Los funcionarios de la embajada de Brasil en La Paz, capital de Bolivia, inventaron una palabra que no existe en el vocabulario. Es “unbolivable”, una modificación del inglés “unbelievable” (en español: increíble). “Cuando un asunto llega a escala inimaginable, y allí pasaba a menudo, usamos esta broma”, dice Eduardo Saboia, de 46 años, al periodista Morris Kachani.

Saboia es el ex encargado de negocios de la embajada que se hizo famoso por ayudar al Senador Roger Pinto Molina, asilado en la representación durante 453 días, a huir al Brasil el mes pasado. Saboia decreta: “Bolivia es como nuestro Siria”.

“La embajada es como un saco de boxeo que Brasilia nunca ha tenido en cuenta. Todo aquello que ahí puede salir mal, sale en realidad peor”, dice. “Es algo así como el teatro del absurdo, con un grupo de actores, de amigos incluso, que han trabajado juntos en obras mejores. Es como en “Esperando a Godot”, o en “El ángel exterminador” dice, citando las obras de Samuel Beckett y Luis Buñuel, marcadas por la negación y la tragicomedia.

No es de extrañar que Savoia cite el surrealismo de “El ángel exterminador”, en que los protagonistas se encuentran atrapados en la habitación de una mansión después de una cena pomposa. “Realmente no veía la hora de rotar en mi puesto. Tuve que afrontar responsabilidades tales como 18 viajes a Oruro (a tres horas de La Paz) como negociador en el tema de los fans de Corinthians que fueron detenidos después de la muerte de un niño llamado Kevin.

Y hay otra razón especial. Savoia está casado con la cónsul brasileña de Santa Cruz de la Sierra. Tienen tres hijos, de 20, 17 y 15 años. El del medio es autista. Lo ideal es irnos a vivir a un país de referencia en el tratamiento de este síndrome.

Después de trabajar dos años en Bolivia, Savoia va a negociar su regreso a Washington en los EE.UU. para servir a la delegación de Brasil ante el FMI.

No es que la vida en La Paz se hizo sólo gravámenes. “Me gusta mucho Bolivia”, dice. En su tiempo libre, tomó clases particulares de guitarra clásica, recorrió los senderos de los Andes, escaló una montaña de 6.088 metros y hasta participó de la maratón de La Paz.

Peri su mudanza terminó siendo postergada. El 23 de agosto, mientras coordinaba la misión brasileña, su destino adquirió nuevas dimensiones: decidió traer a Brasil al Senador Roger Pinto, líder de la oposición al presidente Evo Morales, acosado con cargos de corrupción, daño ambiental y asesinato, hechos que él niega. “El pobre Pinto había comenzado a conversar con la nevera de tan deprimido que estaba. Lo tenían encerrado en una habitación de 20m², en un edificio de oficinas, sin siquiera poder tener contacto alguno con el sol.” Los viernes por la tarde eran de lo más tristes para él, porque sabía que el fin de semana lo tendría que pasar sólo. Tan sólo durante los últimos días de su asilo en la embajada, su única hija tenía derecho a visitarlo.

La fuga de la embajada se realizó en dos Nissan Patrol, escoltadas por dos infantes de marina brasileños y dos conductores bolivianos al volante, era como en una road movie: los pasos a través de los puntos de control, el tráfico en Cochabamba (“tres horas en medio de una terrible niebla”), la parada en Santa Cruz, cerca de donde vive su familia, el tramo final de 650 kilómetros hasta la frontera, donde sólo hay dos estaciones de servicio. Y como epílogo, andaban con el depósito de combustible casi vacío y la lectura de los salmos evocando ayuda contra sus perseguidores.

Fueron 22 horas durante las que usaron pañales para adulto. Pinto vomitó en el descenso de La Paz a Cochabamba, gracias a una carretera llena de curvas y sin baranda de protección.

La “operación”, tal cual define Savoia al episodio, costó la cabeza del Ministro de Relaciones Exteriores, Antonio Patriota. Savoia fue trasladado a Brasilia y ahora responde a los interrogantes del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Realmente no puede decirse que ande entusiasmado, pero más allá de algunas críticas, recibe aplausos. Su padre, Gilberto Saboia, el ex secretario de Derechos Humanos durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, dijo sentirse incómodo pero orgulloso de su hijo. Además, su padre es un diplomático, amigo de las verdaderas estrellas de la Cancillería, tales como Celso Amorim, y los hijos de ambos crecieron jugando juntos.

La esposa de Edward Savoia está intentando desligarse de la central en Santa Cruz. Hace dos meses que no se ven. Él está la casa de sus parientes en Brasilia y se viste con ropa que le trajo su padre que vive en Río trajo. Dice que no se arrepiente de nada. “Hannah Arendt habla de la banalidad del mal. En mi caso, era la banalidad del bien. ¿Se me acusa de romper la jerarquía?. El Senador ya tenía el asilo concedido. Tan sólo me limité a hacer lo necesario para proteger al Senador de su depresión”.

“Yo había estado advirtiendo al Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero había una actitud de no posicionamiento, de limitarse a barrer el problema debajo de la alfombra. Nos dijeron que no habláramos con los medios de comunicación ni con los parlamentarios. Pusieron en marcha un sistema de incentivos para no decir la verdad”. Sólo se arrepiente de haber comparado a la embajada en La Paz con el DOI-Codi (el Department of Information Operations – Center for Internal Defense Operations, agencia de inteligencia del gobierno militar) lo que enojó muchísimo a la presidente Dilma Rousseff.

Savoia se terminó haciendo amigo del Senardo Roger Pinto. Dice que la embajada en  Brasilia está estudiando minuciosamente los 21 casos abiertos en Bolivia contra el senador. La conclusión preliminar, dice, es que “la mitad de los casos se presentaron justo después de las acusaciones que hizo [contra el gobierno de Evo Morales]. También lo acusan de desacato, corrupción, tala ilegal de árboles y hasta de un asesinato en el que no indican a quién habría matado”.

Savoia cita el caso de los fans de Corinthians para que podamos entender “la quiebra moral, la extorsión y la corrupción características del sistema judicial boliviano”. “Ahí todo debe pagarse, por dentro y por fuera. Cuesta unos 15.000 dólares que te dicten sentencia, por ejemplo. Hasta la celda tiene uno que pagarse, o para que le den una audiencia”.

Según Savoia, hay más de un centenar de brasileños en las cárceles de Bolivia. “No quiero con ésto insinuar que todos los brasileños encarcelados son inocentes, pero ¿cómo hacer para apoyarlos oficialmente en esas circunstancias?”

Enumera otros incidentes para ilustrar “el drama que es trabajar en Bolivia”: la nacionalización de las refinerías de Petrobras, la paralización de los trabajos de la OEA, los aviones de las Fuerzas Armadas del Brasil revisados por la gobierno. Los empresarios vienen a nosotros “como era en el lejano oeste, pensando que la embajada es una especie de Unidad de Policía Pacificadora (UPP).”

Enumera también a los pequeños productores agrícolas en la frontera con Brasil, la venta de cocaína para su consumo en Brasil, el segundo mayor mercado del mundo. “Todo esto hace que nuestras relaciones internacionales sean más difíciles. Existe una enorme cercanía y a la vez una enorme asimetría entre ambos países. Los  nacionalistas fervorosos piensan que somos una cueva de ladrones, los voceros de la derecha golpista”.

Considera positiva la política exterior del gobierno de Lula en relación con Bolivia. “Bolivia vendría a ser como nuestro Siria porque es el país donde los problemas pueden estallarnos en la cara […] Bolivia no puede ser considerado tan sólo un país periférico. Puede que usted no quiera viajar a Bolivia, pero en ese caso, Bolivia irá a usted”.

* Monica Bergamo es periodista, firma la columna diaria publicada en la página 2 de la versión impresa de “Ilustrado”. Proporciona información en diferentes áreas, entre ellas: política, moda y una columna de chismes. Trabaja en Folha desde abril de 1999.

Traducción al español: www.hacer.org

Fuente: Folha de Sao Paulo (Brasil)

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Discussion

One comment for “Brasil: Diplomático que ayudó al Senador Pinto a huir de Bolivia afirma: “ese país es la Siria brasileña” – por Mónica Bergamo”

  1. Bolivia se está convirtiendo en el centro del mal en el continente con apoyo de fuerzas cubanas y venezolanas. La ignorancia del gobernante Morales, la amoralidad de Garcia Linera y la delincuencia de Quintana, todos ellos juntos, autores de delitos y crimenes hacen que esta parte del continente se complique, a la vez que sumen al pais en una postergación económica, no obstante las condiciones favorables internacionales en los precios y a la gran expansión monetaria. Bolivia ya no produce. Los profesionales están frustrados y margados.

    Posted by Alberto de la Reza | September 30, 2013, 7:27 am

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