El cambista Alberto Youssef dijo en su testimonio ante la Policía Federal que el ex y actual presidente no sólo conocían, sino que también utilizaban el esquema de corrupción en Petrobras

Una Carta de lectores de esta edición termina con una observación muy pertinente sobre el deber periodístico de publicar esta historia, en la víspera de la votación en segunda vuelta de las elecciones presidenciales: “para evaluar la importancia y la necesidad de realizar esta publicación, basta con pensar en la valentía que requiere hacerlo”. “Veja no publica informes con la intención de disminuir o aumentar las posibilidades de ganar tal o cual candidato. Veja publica hechos con el fin de aumentar el nivel de información de sus lectores acerca de temas relevantes, y tal como usted sabe, los hechos no eligen el momento de suceder. Los episodios narrados en este informe fueron reportados por el cambista Alberto Youssef  y fueron anexados como testimonios brindados en el marco de un acuerdo de delación. Temprano o tarde, las declaraciones de Youssef llegaron a nuestro sistema justicia y se encuentran en camino hacia la Corte Suprema (STF), foro adecuado para el juicio de los parlamentarios y las autoridades delatadas por él y contra los que el testigo aseguró que las autoridades tienen pruebas. Sólo entonces podrá tenerse la seguridad acerca de si los acusados ​​son culpables o no.

El martes, el cambista Alberto Youssef entró en la sala de interrogatorios de la Policía Federal de Curitiba para proporcionar más testimonios en el proceso judicial.Tal cual lo hace desde el 29 de septiembre pasado, se sentó junto a su abogado, puso sus brazos sobre la mesa, miró a la cámara colocada frente a él y se puso a disposición de las autoridades para contar todo lo que hizo, vió y oyó mientras estuvo al mando de un esquema de lavado de dinero estimado en 10 mil millones de reales. Una temporada en la cárcel parece haber producido profundos cambios en Youssef. Encarcelado desde marzo, el cambista se encuentra mucho más delgado, tiene la cara pálida, la cabeza rapada y ya no deja crecer su barba. Su estado de ánimo también ha cambiado. Antes de acostumbrarse a la penumbra y el silencio de su celda, Youssef tiene la osadía de denunciar y asignar responsabilidades a la camarilla que saqueó durante casi una década las arcas de Petrobras. Con la autoridad de ser quien armó el esquema de banco clandestino, agregó nuevos personajes a la trama criminal, que ahora involucra directamente a la presidencia de la República.

El ex director de Petrobras, Paulo Roberto Costa, cómplice de Youssef en el saqueo de la mayor empresa brasileña, ya ha declarado a la policía y a los fiscales que los sucesivos gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) utilizaron el dinero robado para financiar sus campañas políticas y comprar la lealtad de sus aliados.

La lista de los corrompidos ya ha visto la luz pública. Pero faltaba aclarar la lista de los corruptores. El martes, Youssef dejó claras las cosas más “terribles”. Consultado acerca del nivel de compromiso de las autoridades en el esquema de corrupción en Petrobras, el cambista se mostró inflexible:

– En el palacio de gobierno sabían todo

– Pero, ¿específicamente quienes en el palacio de gobierno? – Pregunta el oficial.

– Lula y Dilma – afirmó el cambista.

Para que el denunciante acceda a los beneficios de un acuerdo de delación, la justicia deja en sus manos la carga de la prueba. Por ende, resulta fundamental no tergiversar los hechos. Esta es la regla que Youssef aceptó desde un comienzo. Hasta el momento el cambista no presentó – y tampoco se le ha pedido – las evidencias de lo que dijo. En esta etapa del proceso judicial, lo que más importa a los delegados es asegurarse que el testigo actuó directamente o que al menos ha sido testigo de ilegalidades. Es decir, los delegados quieren estar seguros de no estarse basando en las afirmaciones de un fabulador o alguien que sólo está interesado en ganar tiempo, proporcionar pistas falsas y acusaciones a la deriva. Youssef viene haciendo las cosas bien y, al igual que en el caso del ex director de Petrobras Paulo Roberto Costa, todo indica que su proceso de delación premiada será aprobado por la Corte Suprema (STF). La semana pasada, el listado de políticos y funcionarios que financiaron sus campañas electorales con fondos de Petrobras se elevó de treinta a cincuenta. Youssef detalló a los investigadores su rol en el esquema de corrupción, sus visitas de rutina a las autoridades del Poder Ejecutivo y a distintas oficinas legislativas para llevar adelante las operaciones de lavado de dinero relacionadas a fondos públicos. Parte de su trabajo consistía en sacar los fondos del país y volverlos a traer al Brasil cuando fuera necesario.

Youssef tiene ahora que cumplir lo que prometió en la fase actual de la investigación. Él ya explicó que pagaba en nombre del Partido de los Trabajadores (PT) a miembros del congreso de otros partidos entre 100.000 y 150.000 reales por mes. Para dar un ejemplo, Youssef nombró a Gleisi Hoffmann, a quien le pagó $ 1 millón de reales en 2010. Youssef dijo que hizo entrega del dinero en un centro comercial de Curitiba. Al respecto, la Senadora negó haber sido beneficiada.

Entre los muchos otros testimonios considerados convincentes por los investigadores, que ayudan a determinar la posición clave del cambista en todo el esquema y por ende su importancia para la investigación, hay memorias de discusiones telefónicas entre Lula y el ex diputado José Janene, en aquella época líder del PP, referidas a la designación de operadores de ese partido en puestos gubernamentales estratégicos. Youssef informó además de un episodio ocurrido al final del gobierno de Lula. El cambista fue convocado por el presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, para calmar a una empresa de publicidad que amenazó con denunciar la trama de corrupción del gobierno. La empresa se quejó de que, después de pagar por adelantado para sobornar a los políticos, habían terminado su contrato. El hombre de confianza de Lula, Gabrielli, determonó que Youssef recaudara $ 1 millón de reales de los contratistas que participaron en el petrolão para comprar el silencio de la empresa de publicidad. Y así se hizo.

¿Gabrielli podría haberlo realizado sin que Lula supiera? ¿Que esto se llevara a cabo durante el gobierno de Dilma es prueba de su complicidad en la corrupción gubernamental? Obviamente, no se puede condenar a Lula y Dilma basado sólo en esta narración. Es lo que es. Youssef simplemente convenció a los investigadores que es capaz de obtener pruebas de lo que dice. Es decir que puede probar que la operación no habría existido sin el conocimiento de Lula y Dilma – ya se por conocer los montos de dinero involucrados, ya sea por el contacto constante con Paulo Roberto Costa, ya sea por medio de las operaciones de cambio realizadas en favor del PT para pagar a los tesoreros de los partido aliados, o ya sea por el hecho de que altos cargos de Petrobras implicados en el esquema fueron cambiados de puesto por órdenes del palacio de gobierno.

Los policías están impresionados con la abundancia de detalles narrados por Youssef basado, por ahora, en su memoria. “El Vaccari está enterrado,” afirmó uno de los interrogadores, en referencia al vínculo del cambista con el tesorero nacional del PT, Juan Vaccari Neto. El cambista se comprometió a mostrar documentos que acrediten al menos dos pagos a Vaccari. El dinero desviado de las arcas de Petrobras, habría sido transmitido para simular legalidad entre los clientes del banco clandestino de Youssef y una sociedad ficticia creada por Vaccari. El cambista dijo que la evidencia de estos y otros pagos se almacena en un archivo con más de 10.000 facturas que serán presentadas por él como prueba. En este tesoro de la delincuencia organizada, se encuentra según Youssef, la prueba de una de las revelaciones más extraordinarias sobre la que ya hablan los investigadores: el número de las cuentas secretas del PT que él operaba por cuenta del partido en paraísos fiscales. Youssef se ha comprometido a ayudar a la Policía Federal a localizar las fechas y los valores de las operaciones que habría realizado por órdenes de la cúpula del PT.

Youssef parece estarse ganando la aprobación de la Corte Suprema con lo que ha confesado hasta la semana pasada. Por esos motivos tendrá que someterse a la justicia en más oportunidades que los testimonios relacionados al presidente. Los investigadores confían que Youssef, por tener una posición clave en el esquema, podrá entregar la evidencia necesaria para proseguir con la investigación. La próxima semana, el cambista tendrá la oportunidad de informar de un episodio ocurrido en marzo de este año, pocos días antes de su arresto. Youssef atestiguará que un miembro de la campaña presidencial de la coordinación del PT que conocía por el nombre de “Felipe” lo llamó por teléfono para concertar una reunión personal y dijo que el asunto se trataba acerca de repatriar a 20 millones de dólares que se utilizarían en la campaña presidencial de Dilma Rousseff. Después de verificar el origen de la llamada, Youssef agendó la reunión que nunca se llegó a materializar por haberse convertido en invitado de la Policía Federal en Curitiba. Consultados, los abogados defensores del cambista no quisieron comentar acerca de las revelaciones futuras de Youssef, explicando que el proceso se ejecuta bajo secreto de sumario. A partir de lo que ya se dijo y lo que aún promete entregar a los investigadores, Youssef está materializando hace días su promesa de “sorprender al país.”

DINERO PARA EL PT

Alberto Youssef también detalló un negocio que realizó con el tesorero nacional del PT, Juan Vaccari Neto, hombre fuerte de Rousseff y asesor de campaña y en temas relacionados a Itaipú. Además de hacer frente a los intereses del PT, el cambista confirmó a los investigadores haber realizado por lo menos dos grandes transferencias de diero a Vaccari. El dinero, según el informe, fue transferido de una simulación de negocios entre grandes empresas y una empresa fantasma registrada a nombre de un tercero, pero creada por Vaccari como fachada.

ENTREGA EN LA COMPRA

Alberto Youssef confirmó lo que los investigadores sospechaban del ex Director de Abastecimiento de Petrobras, Paulo Roberto Costa, sobre el dinero desviado a la exministra Gleisi Hoffmann (PT-PR) para su campaña al Senado en 2010. Dijo que el transferencia de recursos a la Senadora del PT, por valor de $ 1 millón, fue ejecutado en cuatro cuotas. La entrega del dinero se hizo en un centro comercial en el centro de Curitiba. Los intermediarios fueron enviados a entregar y a recibir los paquetes de dinero correspondiente. En un comunicado, la Senadora dijo que no ha recibido ninguna donación de campaña y que no conoce ni a Paulo Roberto Costa ni a Alberto Youssef.

TAMBIÉN SABÍA

Durante el segundo mandato de Lula, el cambista dijo que fue llamado por el presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli, para abordar un asunto concerniente al palacio de gobierno. Una de las empresas que tienen contratos con el estado amenazó con revelar el esquema de corrupción gubernamental. Motivo: después de pagar la matrícula por adelantado, la compañía había puesto fin a su contrato. Amenazado por el propietario, Gabrielli pidió al cambista captar $ 1 millón de reales de los contratistas del esquema y devolver la cantidad a la empresa de publicidad. Gabrielli rechazó hacer comentarios al respecto.

CUENTAS SECRETAS EN EL EXTRANJERO

Desde que Duda Mendonça, jefe de campaña de Lula en 2002, admitió ante el CPI Postal  haber recibido pagos de campaña en el extranjero (10 millones de dólares), se ciernen sobre el partido de los trabajadores las sospechas de la existencia de dinero escondido en paraísos fiscales. Para los interrogadores de Alberto Youssef, sin embargo, estas dudas están empezando a convertirse en una certeza. El cambista no sólo confirmó la existencia de dichas cuentas en el extranjero, sino que además declaró ser capaz de ayudarles, proveyendo detalles de las transacciones, el número y la ubicación de algunas de esas cuentas.

UN PERSONAJE TODAVÍA OCULTO

El cambista hizo referencia a un interlocutor vinculado a la actual campaña presidencial. A comienzos de marzo, Youssef recibió una llamada de un hombre, identificado tan sólo como “Felipe”, que forma parte de la cúpula de la campaña del PT. Requería los servicios de Youssef para repatriar 20 millones de dólares que se utilizarían en el cuadro electoral. Youssef dijo que vino a marcar un segundo conversación para manejar la transacción, pero el acuerdo no se movió hacia adelante, porque fue detenido días después.

Fuente: Revista Veja (Brasil)