El gobernador de Nuevo México (EE.UU.), el demócrata Bill Richardson, se entrevistó hoy con uno de los viceministros cubanos de Relaciones Exteriores, Dagoberto Rodríguez, en su cuarto día de visita a La Habana al frente de una misión comercial.

En los últimos días se ha entrevistado también con el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón; el de la Cámara de Comercio, Pedro Álvarez, y la viceministra de Turismo María Elena López, entre otros.

No hubo hoy declaraciones sobre lo conversado, pero el miércoles Richardson dijo que ha tenido desde el lunes reuniones “muy fructíferas y positivas” con funcionarios cubanos sobre turismo, agricultura y comercio, para “incrementar los nexos económicos” de su estado y la isla.

Añadió que se deben aumentar los nexos económicos, culturales y de todo orden entre los dos países y que apoya “más viajes humanitarios a Cuba, más turismo, más remesas y contacto personal de ciudadanos americanos con los cubanos”.

La prensa cubana no ha informado hasta ahora de la visita de Richardson, ex precandidato presidencial demócrata y cercano al actual mandatario estadounidense, Barack Obama.

Con el gobernador llegaron el lunes a La Habana sus secretarios de Agricultura, Miley González; Asuntos Culturales, Atuart Ashman, y Finanzas, Katherine Miller.

La oficina de Richardson, que paga personalmente sus gastos de viaje, anunció que la misión, que analiza posibles intercambios culturales y de productos agrícolas, terminará este viernes.

uba importa tres cuartas partes de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes, principalmente desde Estados Unidos.

La firma estatal cubana Alimport informó recientemente que ha pagado desde 2001 a compañías estadounidenses 4.400 millones de dólares.

Richardson es el político norteamericano de mayor rango que ha llegado a La Habana este año y ello despertó especulaciones sobre posibles gestiones políticas.

Medios estadounidenses han recordado que el gobernador ya visitó la isla dos veces a fines del siglo pasado, como emisario del entonces presidente Bill Clinton, e intervino en la liberación de presos políticos. EFE

En los últimos días se ha entrevistado también con el presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón; el de la Cámara de Comercio, Pedro Álvarez, y la viceministra de Turismo María Elena López, entre otros.

No hubo hoy declaraciones sobre lo conversado, pero el miércoles Richardson dijo que ha tenido desde el lunes reuniones “muy fructíferas y positivas” con funcionarios cubanos sobre turismo, agricultura y comercio, para “incrementar los nexos económicos” de su estado y la isla.

Añadió que se deben aumentar los nexos económicos, culturales y de todo orden entre los dos países y que apoya “más viajes humanitarios a Cuba, más turismo, más remesas y contacto personal de ciudadanos americanos con los cubanos”.

La prensa cubana no ha informado hasta ahora de la visita de Richardson, ex precandidato presidencial demócrata y cercano al actual mandatario estadounidense, Barack Obama.

Con el gobernador llegaron el lunes a La Habana sus secretarios de Agricultura, Miley González; Asuntos Culturales, Atuart Ashman, y Finanzas, Katherine Miller.

La oficina de Richardson, que paga personalmente sus gastos de viaje, anunció que la misión, que analiza posibles intercambios culturales y de productos agrícolas, terminará este viernes.

En 2001 se reanudaron las operaciones comerciales en Cuba de empresas estadounidenses, después de que Washington excluyó los alimentos y las medicinas del embargo financiero y comercial que aplica a la isla desde 1962.

Cuba importa tres cuartas partes de los alimentos que consumen sus 11,2 millones de habitantes, principalmente desde Estados Unidos.

La firma estatal cubana Alimport informó recientemente que ha pagado desde 2001 a compañías estadounidenses 4.400 millones de dólares.

Richardson es el político norteamericano de mayor rango que ha llegado a La Habana este año y ello despertó especulaciones sobre posibles gestiones políticas.

Medios estadounidenses han recordado que el gobernador ya visitó la isla dos veces a fines del siglo pasado, como emisario del entonces presidente Bill Clinton, e intervino en la liberación de presos políticos.