La Argentina está cometiendo por una mezcla de capricho, torpeza y terquedad uno de los errores históricos más grandes de los últimos 70 años. Se está aliando con Irán. Porque así es como el mundo lee su famoso “memorando“. El país se aleja cada vez más de las compañías civilizadas y se une a naciones de la talla de Angola, Venezuela, Nicaragua, Vietnam, Ecuador, Irán, Cuba…

Cree que le sigue mojando la oreja a las potencias occidentales -a las que poco les importa las maneras de suicidarse que elijan los países- y en realidad está auto condenando a un aislamiento cada vez más profundo y ridículo. No sé por qué no se ha oído aun un apoyo explicito al gobierno norcoreano que acaba de detonar un artefacto nuclear de prueba. Sería una buena frutilla del postre…

El país lleva una larga tradición en materia de leer el mundo al revés. Apostó al nazi fascismo en la Segunda Guerra Mundial y así le fue: Brasil que hizo la apuesta contraria nos dejó atrás como a un poste en menos de 50 años. Prefirió Europa a los Estados Unidos y Australia nos pasó el trapo con a un ingenuo bebé inexperto.

Se hizo el revolucionario y le cortaron los víveres cuando a otros los ayudaron; se une a los impresentables de la Tierra y deja de lado hasta su propia Justicia.

¿Quién le cobrará estas cuentas al kirchnerismo? Porque esta pesadilla pasará, pero la continuidad jurídica argentina permanecerá y será ella la que deba pagar los costos de estos dislates. Los pagará con la miseria de su gente.

La Sra. de Kirchner debería responder por estas decisiones. La retórica del “Dios y la Patria me lo demanden” no alcanza cuando los estragos de la terquedad hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso, entre la pobreza o la abundancia, y, para mucha gente, entre la vida y la muerte.

¿Cuál es la necesidad de estar dándole al mundo este espectáculo?, ¿por qué millones de argentinos que seguramente no compartes estos disparates se deben dar por representados por un gobierno que no escucha a nadie que lo contradiga?

Resulta francamente patético ver a legisladores oficialistas defender el acuerdo con Irán con el ímpetu de los convencidos. Aplicarían la misma enjundia si lo decidido por la “jefa” hubiera sido lo contrario. Ellos están siempre convencidos. Sus convicciones son siempre iguales a las órdenes que reciben. Es realmente triste…

Ya nadie sabe qué es lo que ocurrirá en Irán. Primero se habló de “indagatorias de acuerdo a la ley argentina”. Los señores iraníes se ofendieron: ni lo sueñen, dijeron. Entonces se pasó a hablar de “interrogatorios”. Los iraníes dijeron que ninguno de sus funcionarios sería sometido a cuestionarios.

Timerman ha hecho el ridículo enfrente de todos. Ha ofendido sus raíces y se humilló a sí mismo, mientras Teherán culpa al país de sus ancestros de haber autovolado la AMIA. Y todo este espectáculo con solo dos razones aparentes: la de tener que arrastrarnos para conseguir una gota de petróleo (que la política del kirchnerismo ha eliminado de la faz de la Argentina) y la de pretender enfurecer, con estas actitudes, a los “países centrales”; a esos que se niegan a reconocer la estatura política de la estadista que nos gobierna.

¿Recordará la sociedad a esa “estadista” cuando empecemos a morder el polvo de las consecuencias de sus decisiones? Tal vez sí. Pero ya será tarde para evitar el daño que nos ha propinado. No sería extraño que, en ese momento, muchos de los clowns que hoy se desgañitan para defender estos desaciertos se den vuelta como una media y tengan la cara lo suficientemente dura como para decir “siempre dije que todo aquello era un gran error…”

Fuente: Mira quien habla (Argentina)

Ver declaraciones de Elisa Carrió sobre la firma del acuerdo de CFK con Irán: